Habitantes de calle que se enfrentan en riñas, casos de drogadicción y microtráfico se han vuelto recurrentes, generando un clima de inseguridad que afecta tanto a residentes como a aquellos que visitan esta joya histórica.
Desde hace varios meses, los comerciantes locales han venido denunciando la falta de acción por parte de las autoridades para abordar estos problemas crecientes. Betty Cadena, comerciante que lleva apenas un año en el sector del casco antiguo de Girón, se muestra sorprendida por la crítica situación de inseguridad que afecta la zona. Con un tono de incredulidad, Cadena afirmó: “Es asombroso. La policía a veces pasa dos veces al día, al medio día y a las siete de la noche”. Esta declaración resalta la percepción de falta de presencia policial constante en un área que requiere una atención más continua.
La crisis de seguridad ha afectado considerablemente el turismo en la zona. Evelina Anaya, comerciante de dulces que lleva 40 años en el sector, relata que “la situación está dura, después de la pandemia en este sector se hace lo que quieran”. Esta situación de descontrol muestra porque la afluencia de visitantes ha disminuido drásticamente a comparación de años anteriores. Los turistas, temerosos de los problemas que enfrenta el casco antiguo, han optado por evitar la zona, impactando negativamente en la economía local.
Para contrarrestar la falta de presencia policial, muchos comerciantes se han visto obligados a contratar seguridad privada para proteger sus negocios y lidiar con la presencia de habitantes de calle. Esta medida, aunque ayuda a mitigar algunos riesgos, representa un costo adicional para los empresarios locales, quienes ya enfrentan dificultades económicas debido a la disminución de clientes.
En un reciente diálogo con el sector del comercio de la fritanga, la alcaldesa Yulia Rodríguez compartió que debido a la falta de policías, han tenido que priorizar la atención de casos de mayor gravedad, lo que deja a la comunidad del casco antiguo lidiando con problemas de seguridad en el día a día. La alcaldesa mencionó que cuentan únicamente con 30 policías encargados de abordar riñas y hechos violentos, subrayando así las limitaciones en recursos humanos para hacer frente a la creciente problemática en la zona.
No obstante, el problema no radica en la cantidad de policías sino en la respuesta oportuna cuando estos casos de violencia ocurren, Carlos Omar, quien ha dedicado siete años de su vida laboral al corazón histórico de Girón, expresa con cierta indignación que “cuando se llama a la policía, se demoran una a dos horas en llegar, cuando abordan a la zona todo ya pasó”.
En el sector de la fritanga, Nury García, con 15 años de experiencia laboral, destaca la vulnerabilidad constante frente a la delincuencia. Señala que los ladrones aprovechan cualquier oportunidad, como lo evidenció un incidente reciente donde un habitante de calle fue visto con una manguera la cual no era de su pertenencia. Hechos como estos subrayan la urgencia de abordar la inseguridad de manera integral en el sector. La comunidad anhela soluciones concretas y un compromiso activo de las autoridades para restablecer la seguridad y revitalizar la vitalidad de esta parte histórica de Girón.
