Ricardo Pérez Amado es un carismático tendero que todos los días abre su surtido negocio a las 6:30 de la mañana. En la mañana se dedica a recibir a su clientela y en la tarde sale a cazar ofertas en los distintos centros mayoristas.
“Mi prioridad es ofrecer productos de primera calidad a un precio asequible para todas las personas de la comunidad” comenta ‘don Richi’ como es conocido cariñosamente en el sector. Su actitud, buenos precios y don de servicio son tres factores que destacan en el barrio, gracias a estos; gran parte de la comunidad del Kennedy prefiere su tienda frente a distintos almacenes de cadena.
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Gestos sinceros como los mini mercados, el paquete de galletas de cortesía para los clientes fieles o el pan junto al tinto que nunca se niega a quien lo necesita, es la viva personificación del legado de su padres: Rafael Pérez. “Mi papá nos enseñó a ser generosos. Él era un excelente pescador y cuando sacabamos bastante pescado para todo el mundo había sin tener que cobrar ni nada” relata Pérez.
Al hablar con él, definitivamente su verdadera pasión sale a flote cada vez que interactúa con un cliente o una de sus distintas ‘novias’ como le dice a señoras de la tercera edad con las que empatiza de gran manera.
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En este supermercado de 7×8 metros cuadrados, “todos los días se vende bueno. Han venido hasta por una aguja y si no la tengo, se la consigo o le recomiendo a alguien que la tenga porque el éxito del negocio está en ser honesto y no tener envidias” añade el tendero que lleva más de 10 años presente en el barrio Kennedy.
Cuando es cuestionado por una posible fecha de retiro, él esboza una sutil sonrisa y decididamente hace entender que a sus 68 años, estará en su supermercado hasta que no pueda conducir su Renault Twingo todas las mañanas desde el barrio Los Pinos, donde actualmente reside.
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En ‘De Todito’ también encontrará a una muchacha camelladora como ninguna, se trata de Mayerly Almeida de 36 años. Tras dos años de trabajo en la tienda, se ha contagiado del fraternal ambiente del negocio y su clientela.
“Lo mejor de este trabajo son las personas con las que uno comparte” comenta Mayerly, cuyo rol en el local es atender, organizar, separar, básicamente es una ‘todera’.