Luego que la Contraloría General identificara una presunta pérdida de recursos de 2.318 millones de pesos, por la compra de 52 visores nocturnos que resultaron no ser de uso militar, el Ejército Nacional se defendió argumentando que esa novedad fue detectada oportunamente.
De acuerdo con el Comando Central del Ejército, el proceso contractual corresponde al año 2017 y se realizó a través del contrato 035-ACOFA-EJC.
“La novedad en la contratación fue detectada internamente por la Fuerza en el mes de diciembre del mismo 2017, en revista efectuada por la Inspección General del Ejército, momento desde el cual la institución ha obrado conforme a la ley y en cumplimiento estricto de su política de transparencia, con el propósito de proteger el buen uso de los recursos y bienes públicos”, señaló.
Agregó que desde diciembre de 2017 la institución dio inicio a la indagación disciplinaria conforme al procedimiento señalado en el Código Disciplinario Militar y que en su desarrollo se formularon pliegos en contra de militares que tuvieron relación con los hechos.
Dijo también que bajo esta misma línea de investigaciones, se puso en conocimiento el hecho a la Fiscalía en el mes de marzo de 2018.
Al igual que agregó que el 4 de noviembre del año 2020, se realizó la captura de cuatro militares activos, cinco retirados, un intendente de la policía retirado y dos particulares de la empresa contratista, por presuntos hechos de corrupción administrativa.
Finalizó argumentando que a comienzos del presente año, la institución recibió solicitud de visita al proceso por parte de la Procuraduría General, a quien se le suministró la información requerida y reiteró que en todo momento la Fuerza ha comunicado los avances, acciones y decisiones que se han emitido frente a este hecho.
Esta comunicación se da luego de la auditoría realizada por la Contraloría General, en la que identificó una posible pérdida de recursos de 2.318 millones de pesos, por la compra de 52 visores nocturnos que resultaron no ser de uso militar, de aquellos utilizados por las Fuerzas Especiales de los Estados Unidos como habían sido contratados, sino de los que emplean deportistas extremos para alpinismo, montañismo y cacería.
La Contraloría señaló que los bienes recibidos por el Ejército Nacional, al “no ser de uso militar y no cumplir con los estándares de calidad requeridos, no satisfacen ni van a satisfacer la necesidad para la cual fueron adquiridos: ser usados por las Unidades de Fuerzas Especiales del Ejército colombiano en operaciones militares”.
Para el ente de control, esta situación se generó por una gestión ineficaz e ineficiente que no se compadece con los fines y cometidos del Estado, producto de deficiencias en las decisiones y los controles establecidos para la recepción de bienes y la supervisión del contrato.
Los visores fueron comprados por medio de la Agencia de Compras de la Fuerza Aérea (ACOFA), a través del contrato 035-ACOFA-EJC-2017, suscrito el 28 de octubre de 2017, y cuyo precio fue establecido en moneda estadounidense (US$729.960, o sea $2.318 millones para esa época).
Después de varias prórrogas otorgadas al contratista, los bienes fueron recibidos por primera vez el 28 de diciembre de 2017. No superaron las pruebas y por consiguiente se determinó devolverlos al contratista para hacer efectiva la garantía técnica contemplada en el contrato.
Luego de hacerse efectiva la garantía técnica, los 52 visores nocturnos fueron recibidos a satisfacción de manera definitiva el 4 de octubre de 2018, indicando en el acta respectiva que los visores se encuentran aptos para el servicio (cumplen con los requisitos técnicos).
Precisa la Contraloría que una vez recibidos fueron pagados por el Ejército Nacional, CENAC AVIACIÓN, entre octubre y noviembre de 2018, por la suma total de 726.959,71 dólares que en conversión a pesos colombianos para la época de los hechos está representada en 2.318.088.954,00.