Con una canasta terciada entre el cuello y sus brazos, Ara Dermejean, de 57 años, recorre las calles de más de cuatro barrios de Floridablanca vendiendo pan.
Su recorrido tarda más de seis horas que, sin duda, hacen mella en sus pies. Sin embargo, para este hombre, el sacrificio de su esfuerzo físico lo vale todo cuando termina de vender la producción que su esposa ha preparado con dedicación y, por supuesto, amor.
En su canasta lleva, minuciosamente organizado, siete tipos de pan, que se venden como el dicho. Sus productos, además de deliciosos, son originales y reciben nombres que poco suenan por estos lares. “Vendemos el pan quesadilla, y el pan ‘golseado’, que han sorprendido a algunos clientes y son de los más populares ”, contó Ara, el panadero ambulante.
Sus panes se consiguen desde los 2.500 pesos hasta los 6.000. Por lo que han ganado varios clientes que quedan satisfechos entre la calidad y la economía, reconociendo que este producto, últimamente ha incrementado su valor.
La mujer que hace la ‘magia’
Si bien Ara es la cara visible de este emprendimiento que se ha robado los sentidos de más de un florideño; lo cierto, es que la que hace la magia es su esposa Karen Rigual.
Ella es la chef. Quien aprendió en Venezuela, país de donde proviene Karen y su esposo, el arte de cocinar. Además, además goza de ser Maestra en Panadería y en Pastelería.
Karen le ha ‘metido’ la ficha para hacer sus panes, con los elementos que fue adquiriendo con el tiempo, que claramente no son los más idóneos, pero sí los más recursivos que halló en su estadía en Colombia.
“Nosotros llegamos hace cinco años con nuestros dos hijos a Colombia. Empezamos a probar varios oficios para conseguir el dinero honradamente”, contó Ara.
De modo que, Karen, quién traía algunas bandejas que usaba para hornear, se las ingenió para usar el horno de una cocina y así sacar adelante su negocio del pan.
“Empezamos de esas manera, logramos hornear algunos productos con lo poco o mucho que teníamos en ese entonces”, añadió Karen.
A medida que el negocio prosperaba, este pareja de esposos adquirió un horno de segunda, y así más variedad de panes y bizcochos fueron saliendo adelante.
“Las personas a las que les hemos vendido jamás se han negado a probar nuevos productos. Incluso, los que tienen un origen venezolano. De hecho, todos nuestros panes se venden por igual, tienen sus clientes”, explicó la chef.
De Siria a Floridablanca
El nombre de este emprendimiento surgió de una combinación de Ara, el panadero, y su pan. ‘Ara Pan, panes artesanales’, es el nombre de su ‘negocito’.
Lo que no intuyen sus comensales, es que el particular nombre Ara, tiene un origen sirio. Pues, este hombre nació en este país, y fue llevado a Venezuela por sus padres.
“Me crié en Venezuela, pero mis padres y yo tenemos origen sirio, por lo que mi nombre y apellidos no son comunes”, contó.
Desde este país, este hombre, echado pa’ lante y su esposa, Karen , llegaron a Floridablanca.
Ahora, él recorre, diariamente los barios Lagos I, Lagos II, La Paz y el casco antiguo de Floridablanca.
Así que si quiere probar de estas delicias, llámelo cuando coincida con él en la calle o comuníquese al 318 8952087.
También puede visitarlo en el barrio El Manantial, en la carrera 28A #195-196.
Sus panes fueron recomendados por Tulio
Recientemente, esta pareja de venezolanos dio con ‘Tulio Recomienda’, quien probó y calificó estos manjares como uno de los más deliciosos que probó en Floridablanca. Gracias a su encuentro con este influencer, Karen y Ara han aumentado sus clientes.
El sueño de este par es tener una sede física de su panadería para poder crecer como negocio.
Tras esta sorpresiva reunión con Tulio, los esposos lanzarán su página web y sus redes sociales para ampliar los clientes.
Así que esté atento al lanzamiento de este emprendimiento por lo alto. “Queremos que más personas se unan a nuestro negocio, nos apoyen y así podamos crecer en esta maravillosa ciudad”, dijo Ara.