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Los habitantes de ‘La Gloria’, en Bucaramanga, se sienten orgullosos de su barrio

En un comienzo se llamó El Plan, otros lo nombraron Gaitán parte Baja, pero desde hace 40 años La Gloria se ha convertido en otro de los sectores de la comuna 4 de Bucaramanga.

Muchas personas de este barrio se sienten orgullosos de su comunidad por su historia de superación. Todo se da, tras haber nacido como una invasión; 40 años después han sacado a sus familias adelantes y en un gran porcentaje tiene vivienda propia.

La gran mayoría son trabajadores y organizados, las mujeres emprendedoras, y la comunidad ha enfrentado y superado diversas crisis. Muchas de ellas se dedican a trabajos de reciclaje, mecánica y zapatería.

Q’hubo visitó el barrio La Gloria, en la Comuna 4 Occidental, Bucaramanga. Una parte de este sector está legalizada, pero otras no, es por eso que la inversión pública ha sido escasa.

El barrio tiene cerca de 500 habitantes, 140 casas y la comunidad espera que el gobierno les de más participación

“Uno tiene un apego por el barrio porque en todos los sectores hay problemáticas, pero también hay cosas muy buenas, como nuestra gente. El barrio ha superado muchísimas tragedias, muchísimas crisis como incendios, derrumbes y muertes”.

“Su gente es muy cordial, muy trabajadora, las mujeres sobre todo muy emprendedoras. Ellas han hecho parte tanto de mi vida como de la comunidad a querer generar cambios, cambios que tengan que ver con la salud, con la educación, con la protección y sobretodo actividades con los niños en el tema de la no violencia,  el que no trabajen y el uso y abuso de las drogas”, comenta Nelcy Rodríguez Colmenares, líder social del barrio.

En La Gloria hay varias zapaterías, muchos adecúan sus hogares y todo para tener su propio local y su  taller.

Las mujeres, algunas madres solteras, cabezas de hogar, se organizan cosiendo zapatos en temporadas.

“Somos muy resilientes, siempre queriendo salir adelante. Y yo me siento orgullosa de eso. Están prestas a capacitarse, a aprender. Nos organizamos, hacemos ventas de comida los domingos, hacemos rifas, hacemos actividades en pro de alguna calamidad para alguien”, comenta Nelcy.

Un poco de historia

En 1974 Don Pablo Emilio Cifuentes Vargas se la pasaba vendiendo ponche por los lados del popular barrio Gaitán. Las ‘babas de sapo’, como le decían al esponjoso ron que él mezclaba con limón y azúcar, se hicieron famosas. Tanto, que se convirtieron en su ‘tiquete’ de entrada a La Gloria.

Se podría decir que en una las visitas promocionales del ‘Ponche de Pablo’ se gestó el barrio. En ese entonces, hace 40 años, en un mes de agosto, varios vecinos le propusieron hacer lo que algunas familias tejían de una forma sigilosa: armar su rancho en la parte baja del Gaitán.

Era la época en que el presidente Alfonso López Michelsen tenía el timón de la República y, de alguna forma, “ese señor era un gran hombre, muy social y no molestaba tanto con eso de ordenar operativos para erradicar las invasiones”. Fue entonces cuando Don Pablo Emilio decidió armar el ‘ponche’. Invadió parte de la escarpa occidente de la meseta, en una época en que el barro untaba más de la cuenta a la gente pobre.

Se darán las obras

La intervención de 2.8 kilómetros en la comuna 4 impacta a más de 183 viviendas que se ubican en la franja de la línea de erosión. Los recursos para la ejecución de las obras son aportados por la Administración Municipal y la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres.

Barrios como Gaitán, los sectores de Nazareth y La Gloria también serán beneficiados con los trabajos.  En diciembre próximo se esperan entregar de manera oficial los primeros tramos que ya están contratados.

Pionero con vivienda

Jesús María Rueda Afanador fue uno de los pioneros del barrio. Cuenta que hace cuatro décadas llegaron a un lote, formaron sus ranchos de tablas y comenzaron a construir poco a poco. “El Sena y varias asociaciones nos ayudaron a posicionarnos en este sector. Luego fue cada uno quien hizo sus viviendas. Esto eran ladrilleras, establos y marraneras. Hoy el cambio ha sido bastante y nos sentimos orgullosos, pues vivimos en una vivienda propia”, comenta.   

Su historia en el barrio

Gustavo García lleva más 66 años viviendo en este sector. Vio formar el barrio y hoy, con más de 73 años de vida ayuda a su hija en las labores de zapatería. “Aquí era El Plan, habían gitanos y muchas pesebreras. Desde la iglesia del Gaitán hacia abajo eran lotes. Fui cotero y ahora le ayudo a mi hija en pintar las correas de zapatería. Me ocupo y me gano mis moneditas”, dice ese este hombre, quien tiene su vivienda en este barrio.

Un tendero muy agradecido

Tarsicio Jaimes Díaz y María Josefina Cristancho tienen su negocio, una tienda de barrio, que han sacado adelante desde hace 40 años. Su labor como comerciante inició con $2.000, que era su plante para surtirla y que hoy es de las más reconocidas en el sector. “En los años 80 llegamos acá a Bucaramanga. Estabamos en Rionegro. Esto era una invasión y logramos en terreno para formar nuestra casa. La tienda la tenemos desde ese tiempo y gracias a Dios nuestros hijos han salido adelante”, comenta.     

Un recuardo inolvidable

Hace 12 años en La Gloria hubo alfombra roja, flores, caravana y hasta pólvora. No era ninguna fiesta, todo lo contrario, era el adiós definitivo para su líder, Freddy Arcila, “Skylachy”, quien fue asesinado a balazos cuando cumplía con su deber como ciudadano, no dejar que robaran a varios visitantes de su barrio. Todo el barrio se volcó a las calles para rendirle un homenaje.

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