Desde 1973 una caseta ubicada a las afueras de Bucaramanga se convirtió en parada obligada para transportadores y deportistas que por allí transitaban.
Durante más de 45 años esta zona de Floridablanca fue conocida como ‘Pare papi, quiero piña’, pues Gustavo Pinilla Díaz comenzó su negocio vendiendo piña allí.
Este miércoles 22 de febrero, con el paro de taxistas, cientos de internautas en Colombia conocieron que en Santander había un punto que tenía este nombre tan pintoresco.
Sin embargo, pese a que esta zona se convirtió en un punto de referencia muy autóctono y todavía utilizado, las casetas no existen desde 2018 pues dieron paso a la construcción de un intercambiador.
Este sector sigue siendo icónico y aunque ya no existen las casetas, es un terminalito de buses intermunicipales que llegan y salen del área metropolitana.