En su relato del martes pasado, el escritor peruano dijo que a los 12 años esa persona le estaba tocando la bragueta “como si quisiera masturbarme. Fue para mí un escándalo, yo me eché a llorar y gritar”.
El evento en el que comentó esta situación fue una conferencia de la Feria del Libro de Cajamarca a la que fue invitado.
“El colegio estaba vacío y este hermano me llevó al quinto piso, donde no podíamos entrar los estudiantes del colegio porque era donde tenían los hermanos sus cuartos. Sacó de pronto de su cuarto unas revistas mexicanas que se llamaban Vea que eran de desnudos, de bailarinas. A mí me dejó completamente desconcertado”, explicó en su intervención el Nobel de 2010.
En ese momento fue que se dio cuenta de que ese hermano religioso, del que no mencionó mayores detalles, le estaba tocando la bragueta para intentar masturbarlo en ese lugar.
“Entonces el hermano Leoncio se asustó mucho, me abrió la puerta, me dejó salir, me dijo cálmate, pero yo le cuento esto porque curiosamente a partir de entonces, yo que había sido un niño muy creyente y que cumplía con comulgar cada primer viernes, me fui desinteresando de la región”.