La exministra y excongresista colombiana Gina Parody sorprende gratamente al publicar su nueva novela ‘Él también lo hizo’, editada por Ediciones B. Se trata de un relato que explora las sombras del poder y el impacto del movimiento #MeToo en Colombia.
Rosa Ahumada, la secretaria del presidente, sufre los abusos de su jefe y se exilia en Nueva York. El hijo del presidente la encuentra y le confiesa un secreto que la hace enfrentar su pasado y decidir el futuro del país.
‘Él también lo hizo’ es una novela que cuestiona el rol de las mujeres en la política, la complicidad de los medios de comunicación y la justicia, así como la responsabilidad de los ciudadanos frente a las atrocidades que se cometen en nombre del poder.
Vanguardia habló con Gina Parody acerca de la inspiración para su novela, que tiene como base un caso de la vida real y de cómo se maneja el poder en las altas esferas.
Preguntas y respuestas
¿Cómo construyó a su protagonista, Rosa, una mujer que genera sentimientos encontrados?
“Ese era mi objetivo. Quise construir un personaje que fuera multidimensional, es decir, que no fuera una persona consciente, en este caso, de la sociedad patriarcal y machista, sino que hiciera parte de ella, pero al mismo tiempo hubiera sufrido el abuso. Esa circunstancia específica necesitaba una personalidad muy compleja, muy difícil de salir de sus costumbres y de la manera de ver la vida. Pero finalmente lo logra y por eso creo que esa circunstancia me permitió crear un personaje que lograra despertar amor, odio, compasión, rabia y envidia”.
¿Quién es Adriana Ruiz, quien inspiró a su protagonista?
“Adriana es una muy buena amiga mía, muy cercana desde hace una década. Un día vi en su Twitter una denuncia sobre un profesor que la había acosado cuando ella era estudiante. Yo no tenía ni idea y ella nunca me había contado eso. Cuando le pregunté qué pasó, ella me contó la historia y me dijo: “Mira, estoy denunciando porque esa misma persona está acosando a una estudiante mía. Y él hoy es magistrado y esto no se puede quedar así”.
Los medios comenzaron a investigar quién era Adriana, pero nadie se preguntó quién era el señor que la acosó. ¿Qué nos puede generar a nosotras como mujeres un caso así? Mucha impotencia, dolor, tristeza y rabia. Todos esos sentimientos para mí fueron el origen de este texto”.
¿Los temas que aborda en su novela son muy relevantes para la sociedad, por ejemplo, el acoso, que tiene su base en el poder. En su experiencia, ¿cómo se maneja el poder en Colombia y lo que significa para las mujeres inmersas en ese sistema?
“En nuestra sociedad, que es machista y patriarcal, esta jerarquía a menudo se establece simplemente por ser hombre. Centré mi historia en una esfera de poder máxima, como la Presidencia de la República, ya que nadie cuestionaría al presidente como una de las personas más poderosas en Colombia. Sin embargo, esa jerarquía no solo se presenta en la Presidencia, sino también en el hogar, en los equipos deportivos, en los colegios, en las universidades y en el Congreso, como se ha denunciado. Esta jerarquía se establece simplemente por ser hombre.
Creo que es importante destacar esto y reflexionar sobre cómo afecta a nuestra sociedad. La novela reflejó esta realidad en la esfera política, que es donde se maneja el poder político por definición, sin embargo, esta no es la única esfera en la que existe el poder en nuestra sociedad”.
¿Hay algún momento en particular que vivió durante su participación en la política que decidió plasmar en su libro? ¿Cómo le marcó y cómo influyó en su escritura?
“Vargas Llosa dice que un escritor tiene tres tipos de fantasmas: los personales, los culturales y los históricos. Estoy segura de que los tres influyeron en la escritura de mi libro. En cuanto a los fantasmas personales, pasé más de la mitad de mi vida en la esfera política, por lo que me resultó fácil imaginar diálogos entre un ministro y un presidente o entre congresistas”.
¿Volvería a la política?
“El capítulo de la política está completamente cerrado para mí. Estoy en una etapa de mi vida en la que leer y escribir me llena no solo el tiempo, sino también el corazón, y a eso quiero seguir dedicándome”.
Las mujeres están alcanzando cada vez más puestos de poder. ¿Cómo ve a estas mujeres que han llegado a estos puestos de liderazgo?
“Un paso muy importante es que las mujeres sean protagonistas de la política, sin embargo, es insuficiente. No necesariamente que una mujer esté en un alto puesto en la política o en la empresa privada significa que transformará la base de la pirámide.
Necesitamos escuchar más a las nuestras mujeres que están ahí diciendo: me están acosando, violentando en mi propio hogar, en mi colegio”.