Con el propósito de alejar a los niños del uso excesivo de la tecnología, esta maestra de artes abrió las puertas de su hogar para que los más pequeños del barrio Bucarica, en Floridablanca, asistieran a sus clases gratuitamente.
Todo empezó en el 2020, en plena pandemia. Sus ganas de ayudar a los vecinos, la incentivaron a ‘regar’ la voz de su talento y ganas de enseñar.
“Así fue como llegaron varios niños del barrio, querían aprender y me pareció muy bonito abrirles mi casa para que se distrajeran y sobre todo, aprendieran algo que les servirá para siempre”, dijo Yolanda Jaimes Velasco, la protagonista de esta historia.
En estos tres últimos años, esta maestra ha cosechado grandes frutos con cuatro de sus alumnos, que ya se han enfocado en una disciplina artística y que, siguen motivados con aprender. “Uno de mis alumnos se inclinó por dibujar el manga y ahora de hecho, sus papás decidieron enfocarlo en este talento, y ya ha hecho cosas muy bonitas”, explicó Velasco.
Dar para motivar
Al tratarse de una escuela gratuita, esta profesora empezó donando el papel, los lienzos, lápices, y también las pinturas. Este fue el primer paso para que padres y niños empezaran a invertir también en el arte.
“Comencé a dejarles tareas para que el tiempo que estaban en casa no estuvieran tan ‘enchufados’ en el celular y también le dedicaran un rato del día a su disciplina. Así los papás se dieron cuenta de esto y fueron comprando blogs para que sus hijos practicaran en el hogar, y todos estos materiales se convirtieron en un premio”, dijo Yolanda.
Uno de los objetivos de esta maestra es que los padres de familia acompañen a sus hijos cuando aprenden un arte y les premien por esto, para que esta labor sea satisfactoria para los niños.
“Si un padre premia a su hijo por una buena acción. Ese niño se va a motivar a aprender más”, argumentó la profesora.
Crecer como escuela
Como propósito de Año Nuevo, esta maestra se trazó la meta de llevar su escuela al parque de la Alameda en Bucarica. “Para este 2023, quiero dedicarle más tiempo a los niños del sector, por eso quiero lanzar una convocatoria para que los papás se animen”, contó.
Por el momento, esta maestra tiene su ‘escuelita’ improvisada en el Bloque 10-2. Allí atiende todos los sábados a sus alumnos frecuentes.
Yolanda agradece a su formación artística por poder compartir su aprendizaje. Recuerda con amor, cuando aprendió en la Escuela de Maestros de Arte de Cristian Toledo Plata.
“El arte está hasta en la cocina, por eso es que dedicarle tiempo y amor a plasmar algo es tan esencial en el ser humano e importante para los niños”, concluyó.