Un plazo de 15 días tienen la Alcaldía de Coromoro y la Gobernación de Santander para instalar una mesa de diálogo con la comunidad de la vereda Zúñiga y empezar a trabajar en un plan de acción que garantice el acceso a la educación a los niños de este sector rural, sin que esto implique hacer extensas caminatas y menos por una vía de alto riesgo.
“Caminar aproximadamente cuatro horas diarias para ir y volver al colegio y desarrollar una jornada escolar entre 5 y 6 horas, no resulta aceptable ni adecuado a las circunstancias de formación de los menores de edad y constituye una auténtica barrera física y geográfica que no se compadece con el componente de accesibilidad del derecho fundamental a la educación”, indica la sentencia de la Corte Constitucional, atendiendo la tutela impuesta por José Benavides, presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC) de la vereda.
Las dificultades de movilidad de los estudiantes del colegio Jesús León Guerrero ubicado en la vereda Pueblo Viejo, se agravaron en diciembre de 2016 cuando un puente peatonal colgante colapsó por una temporada invernal.
El destrucción de esta infraestructura puso a caminar más a los estudiantes y a las cerca de 500 familias residentes en la zona alta de Coromoro, quienes lo usaban como vía principal para llegar al sector de Tierra Brava – donde está ubicado el colegio- y desde ahí hacia el casco urbano del municipio.
El problema, según la sentencia, es que aunque las entidades implicadas (Alcaldía y Gobernación) intentaron remediar el problema, no hubo una solución y los jóvenes siguen caminando.
Según el historial del proceso con las respuestas de las autoridades locales y departamentales, el alto riesgo de deslizamientos hace imposible que en el sector El Derrumbe -donde estaba ubicado el puente- , se haga algún tipo de obra.
Mientras se reúnen y buscan opciones, Carlos Chacón, rector del colegio, contó que sin el puente los estudiantes tienen que transitar por un terreno peligroso y que la deserción es cercana al 70%. Justamente, son un poco más de 10 alumnos de la vereda Zuñiga los que si se iniciara con la presencialidad en las clases, tendrían que caminar.
Sobre esta problemática este medio contacto al alcalde de Coromoro, Carlos Martínez y este no quiso hablar de la situación.