Las plegarias al altísimo para que la infraestructura del colegio no se caiga y las autoridades departamentales nacionales y departamentales los escuchen, son la única fórmula de salvación que, al parecer, tienen los miembros de la comunidad educativa del Colegio Universitario de Vélez.
Sellada desde el 3 de diciembre de 2020 por orden de la Secretaría de Salud de Santander y el Invima, la estructura de dos pisos permanece fuera de servicio por los daños en los techos, paredes y pisos.
El Colegio Universitario de Vélez, uno de los 100 colegios ‘Santanderinos’ –como se le llama a las instituciones creadas por el general Francisco de Paula Santander– cumple 200 años de nacimiento en 2024 y desde el primer día funciona en esta enorme construcción en tapia pisada y techo de bareque.
Antes del colegio, en la edificación de dos pisos y con un gran patio en el centro, funcionó un convento, contó Miguel Ángel Vera, que por obligación trasladó su oficina y toda la dependencia administrativa a un predio conjunto que también es propiedad de la institución.
En la sede principal del Colegio se calcula se requiere una inversión mínima de $600 millones, según las predicciones iniciales. En el informe de inspección conjunta hecho en febrero de este año por el Consejo Departamental de Patrimonio, la Secretaría de Cultura y Turismo de Santander y la Secretaría de Educación departamental, se constató el mal estado de la casona.
Al ser Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural de la Nación desde 1973, cualquier intervención en el edificio debe hacerse manteniendo la arquitectura y con la aprobación del Ministerio de Cultura. Por eso, el llamado de auxilio es a todas las entidades, para que se pongan de acuerdo y establezcan un plan de acción de recuperación, expresó el rector.
Afectación educativa
Con la posibilidad de entrar a funcionar bajo el modelo de alternancia, la pregunta que se hace Vera es, ¿en dónde va a ubicar a los 16 grupos para que reciban sus clases? La única solución es usar una estructura junto a la sede principal, en donde hay cinco aulas de clase.
Ahí el docente ya se trasladó con todo el equipo administrativo y están haciendo arreglos para dividir salones e intentar poder recibir a los estudiantes en doble jornada, pero eso no es suficiente.