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Mucha ‘peleadera’ en San Gil

De acuerdo al Sistema de Registro Nacional de la Policía Nacional, en la capital de la provincia guanentina se impusieron 124 comparendos por peleas en 2020.

Al calor de las deudas, los tragos y los celos, que pueden provocar las peleas en San Gil, son el principal foco de problemas en cuanto a convivencia y seguridad se refiere.

El pasado fin de semana, un hombre murió víctima de machetazos en un enfrentamiento con un menor de edad en el barrio José Antonio Galán y días antes se había conocido un video de un joven persiguiendo a otro con cuchillo en mano en el barrio Pablo VI, en plena zona residencial.

Este año, la Policía Nacional ha impuesto 16 comparendos por riñas en el municipio y el número va en aumento, especialmente por lo que está sucediendo los fines de semana tras el levantamiento -casi total- del toque de queda y la apertura de los establecimientos nocturnos, confirmaron las autoridades policiales.

De acuerdo al Sistema de Registro Nacional de la Policía Nacional, en la capital de la provincia guanentina se impusieron 124 comparendos por peleas en 2020 y se atendieron 181 casos en 2019.

Sin embargo, este no sería el número real por varias razones. En algunos casos no hay llamados a las autoridades para atender las situaciones; en otros, cuando los uniformados llegan, ya ha pasado el suceso y no hay denuncias de ningún tipo; y, por último, muchas veces miembros de la comunidad evitan que se aplique la ley.

En febrero pasado el Primer Distrito de la Policía Nacional en San Gil destruyó 324 armas blancas decomisadas en las diferentes poblaciones de la región.

El mayor John Alexander Sánchez Jaimes, comandante del primer distrito de Policía de San Gil, detalló cómo se presentan casos al interior de las familias y cuando se acude a hacer procedimiento e imponer el comparendo, las mismas víctimas impiden el proceso.

“Se atendió un caso en donde el hijo estaba siendo agresivo con la progenitora, cuando llegó el cuadrante y había necesidad de llevar al hijo hasta el comando, la mamá no dejó”, contó el uniformado.

John Alexander Sánchez Jaimes, mayor de la Policía.

Los mayores problemas se presentan entre familias, con vecinos migrantes, arriendo de viviendas, por deudas y situaciones de celos amorosos. Sánchez indicó que en la mayoría de los casos, la ingesta de alcohol es evidente y se convierte en un generador de conflictos.

En cuanto a los lugares, las autoridades tienen evidenciado que los mayores conflictos se presentan en los sectores de José Antonio Galán, Coovip, El Vergel y la invasión de San Martín.

Al respecto, Sánchez dijo que no se puede negar el conflicto social existente en algunas zonas entre la comunidad migrante y los residentes colombianos por temas como las basuras y el ruido.

Una característica adicional de las peleas es que tras imponer el comparendo, la mayoría no acepta el hecho en la Inspección de Policía y se limitan a decir que fue culpa del otro, nunca de ellos.

Alfred Garay Díaz, inspector de Policía municipal, explicó que en la mayoría de los casos, cuando no hay agravantes como lesiones personales graves, los sancionados terminan pagando la multa en servicios sociales.

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