«Encontré la anaconda enrollada en el animal, ya lleva un año y medio comiéndose las gallinas, los gansos y se ha comido dos terneros, con el que la encontramos hubiera sido el tercero», afirmó el encargado de la finca donde fue encontrado el reptil, que después decidió llamar a Cormacarena (autoridad ambiental) para no tener que matarla por los perjuicios que les estaba causando.
La serpiente, de 4,21 metros de longitud y más de 30 kilos de peso, no fue agredida en ningún momento por los residentes de la finca y esperaron a la llegada de la ambulancia de fauna silvestre y el equipo veterinario de Cormacarena para su rescate.
«Llegamos a la ubicación; encontramos al ejemplar, una anaconda de cuatro metros con buena condición corporal, y la trasladamos a la ciudad de Villaviencio (capital del Meta), en el Centro de Atención Veterinaria (CAV) para una valoración y una posterior liberación en su hábitat natural», señaló el médico veterinario que acudió a la zona.
La serpiente no fue atacada por ningún tipo de machete ni arma cortopunzante, lo que demuestra un respeto por la fauna que siempre reclama la autoridad ambiental colombiana para la preservación del medioambiente.
