Un joven de Monterrey, México, es tendencia en redes sociales, luego de que revelara las razones por las que renunció a su empleo, en el que ganaba muy bien.
Su nombre es Heriberto Abarca y el video en el que explica su situación, se acerca a las 370.000 visualizaciones en TikTok y a los cientos de comentarios.
Este hombre pasó de trabajar en un centro comercial donde recibía mensualmente entre 20.000 y 60.000 pesos mexicanos (entre 5 y 15 millones en Colombia) a 3.000 pesos a la semana, a trabajar en una gasolinera.
En el video el joven expone que sus motivaciones no priorizaron el factor económico, sino otro aspecto que no es de menor importancia: la salud mental.
De esta manera, el joven aseguró que su dinero provenía de comisiones y contó cuán bien le iba en ello, en cuanto a finanzas se refiere, pero sentía que debía darle un rumbo diferente a su vida. Entre las razones destacó casos en los que sí se gana más dinero, más ‘modificaciones’ se empiezan a hacer en el estilo de vida (incluso gastando en cosas innecesarias).
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¿Qué llevó al joven a tomar esta decisión?
“Cuando llegas a tener esas cantidades de dinero no sabes cómo administrarlas. Al menos en mi trabajo el ambiente era como ‘si ganas 20.000, 30.000, 60.000 pesos al mes no puedes andar en camión, no puedes andar en metro’; entonces tienes que tener un cierto estatus”, enfatizó como uno de los motivos por los que dijo ‘no más’.
Hasta para tomar un café, Abarca señaló que los cuestionamientos aparecían sobre el lugar y tipo de bebida a elegir. Aunque aclaró que no se trata de una ‘imposición’, sí recalcó cómo hay una ‘obligación intrínseca’ por intentar encajar o librarse de las críticas.
“Es un ambiente que a veces se torna un poco tóxico en el que si alguien está” en una posición superior “y tú vendes más que él, se va a sentir la presión (…). En ningún trabajo vas y te ganas 30.000 pesos por hacer una venta de 300.000. Son ingresos muy chidos, pero el ambiente es bien tóxico”, continuó.
El entorno laboral del joven:
De acuerdo con su experiencia, él aseguró que no juzgaba ese entorno porque podría haber personas a las que les funcionaba permanecer en dicho círculo sin que fuera ese su caso. Abarca reconoció que llegó a momentos en los que se sentía deprimido o con irritabilidad por la presión y comentarios hasta el punto que “explotó” y dijo: “ya no puedo más”.
En un momento, el mexicano afirmó haberse dado cuenta del colapso al cual se estaba acercando y que contaba con lo devengado en la gasolinera para subsistir, mientras se daba un ‘respiro’. Poco a poco notó los cambios en su estilo de vida y cómo el dinero le rendía más, pues había dejado sus altos gastos en transporte, cafés y compras frecuentes de ropa.
Finalmente, el joven Abarca puntualizó que había percibido cómo mejoraron sus hábitos financieros, el control en la alimentación y hasta el tiempo para poder ir al gimnasio, además de no fumar más y dejar el estrés a un lado.