Cada 18 de marzo se celebra el Día Mundial del sueño, con la finalidad de sensibilizar a las personas, sobre la importancia de dormir bien.
Los expertos señalan que la mayoría de los adultos necesitan siete o más horas de sueño de buena calidad en un horario similar todas las noches.
Según la Asociación Colombiana de Medicina del Sueño (ACMES), el 59 % de los colombianos padece de problemas a la hora de dormir. Por esta razón, contar con un hábito de sueño con calidad permitirá llevar un estilo de vida de saludable y un mejor desempeño de la mente: ¿Cómo lograrlo?
Dormir bien se relaciona con varias ventajas como fortalecer el sistema inmunológico, liberar la producción de algunas hormonas y consolidar la memoria. Pero, a simple vista se identifica con sentirse descansado y activo durante el día.
Un estudio realizado por la Universidad Tecnológica de Malasia a 4,188 empleados del país midió la proporcionalidad que existe entre la falta de descanso y la productividad; confirmando que los problemas en el descanso tienen inferencia directa a la productividad de las personas dentro de las empresas.
Descansar de manera adecuada requiere de tener calidad del sueño; es decir, lograr un sueño profundo y reparador, lo cual se logra teniendo en cuenta el número de horas, la temperatura del cuerpo y aspectos externos que no siempre se tienen presente como el colchón en el que se duerme.
Es tan relevante el tipo de colchón que los médicos especialistas aconsejan considerar las características individuales de quien dormirá en él, como el peso y la altura.
Las estadísticas de la organización Sleep Advisor, demuestran que el promedio de horas de descanso para una persona ha disminuido en un 13 % desde 1942. De 7,9 horas tener de descanso, pasaron a ser tan solo 6,8. Esta disminución se debe a múltiples factores, y uno de ellos es por utilizar un colchón incorrecto o antiguo siendo causal de dolores de espalda y cuello privando la posibilidad de regenerar el organismo para el día, conforme a estudios médicos.
Tener un hábito de sueño saludable es imprescindible para el desarrollo intelectual y físico de las personas. De acuerdo con Iván Petit, asesor de negocios químicos industriales de BASF, uno de estos hábitos es la higiene de sueño, quien la define como, “un conjunto de pautas necesarias para dormir bien y descansar por la noche, como, por ejemplo, contar con un buen colchón que se adecue a las necesidades de la persona según la edad”. Según Petit,es importante saber que el colchón se adecua a cada tipo de persona y para saber cuál escoger se recomienda ir al lugar físico para probarlo “es importante experimentar la comodidad y calidad, pues un colchón, aunque parezca un accesorio más, es una inversión que se debe estudiar porque permite tener mejor calidad de vida”.
Calidad del sueño
Los colchones son fundamentales para medir la calidad de sueño de las personas, así como la materia prima con la que se fabrican, como la espuma pues debe ser de calidad para mantener sus cualidades y generar mayor confort.
“En BASF sabemos la importancia que tiene la materia prima de un colchón en beneficio del descanso, no es un tema de mercadeo, sino una realidad demostrada. Para que una persona tenga un sueño correcto, los insumos con los que se producen los colchones que utiliza deben ser diseñados pensando en los diferentes tipos de cuerpo y necesidades físicas de una persona para que tenga un sueño reparador”, comenta Iván. Por esto, es importante también reconocer cuándo es momento de cambiar el colchón, pues con el paso del tiempo pierde sus propiedades y podría causar daños a largo plazo.
Sin duda, la calidad del sueño pasa por diferentes factores como ya se ha dicho como el número de horas mínima, la temperatura del cuerpo, el grado de relajación en la que esté el cuerpo y hasta el tipo de ropa que se utiliza, pero al que menos se le presta atención y es fundamental, es al colchón. Por esta razón, a continuación, se plantean algunas recomendaciones del experto para elegir un colchón que contribuya a tener calidad del sueño y a ser más productivo:
El colchón perfecto depende de cada persona. Por eso es importante ir a la tienda y probarlo antes de comprarlo. Si su elección es dormir en una espuma blanda y escucha que el vecino duerme mejor en una dura, no necesita cambiarlo.
Cualquier colchón, de solo espuma o de tecnología mixta, es decir con espuma y resortes, puede resultar cómodo, la decisión ya dependerá de los gustos personales.
Intente darle la vuelta al colchón cada periodo de tiempo. Así evitará que se formen marcas permanentes y mantendrá sus cualidades por más tiempo.
Comprar en sitios certificados o marcas reconocidas garantiza que el colchón no pierda sus cualidades en un corto periodo de tiempo y que está hecho de materiales adecuados.
Además de la espuma, es importante fijarse en los otros materiales; por ejemplo, la tela.
Cuando vaya a desechar su colchón viejo, no lo arroje a la calle ni lo regale. Hay números telefónicos asignados en cada ciudad que lo asesoran en el tema. Incluso, hay empresas privadas que lo recogen para hacer su correcta disposición.
Según la edad
Recién nacidos (0-3 meses): lo ideal es que duerman entre 14-17 horas cada día, aunque también es aceptable que lo hagan entre 11 y 13 horas. Lo que no se aconseja es dormir más de 18 horas.
Bebés (4-11 meses): se aconseja que duerman entre 12-15 horas. También es aceptable que descansen entre 11 y 13 horas, pero nunca más de 16 o 18 horas.
Niños pequeños (1-2): no es recomendable que duerman menos de 9 horas y más de 15 o 16. Lo que se aconseja es que descansen entre 11 y 14 horas.
Niños en edad preescolar (3-5): entre 10-13 horas sería lo recomendado. Los expertos estiman que menos que siete y más de 12 no sería aconsejable.
Niños en edad escolar (6-13): lo recomendable sería dormir entre nueve y 11 horas.
Adolescentes (14-17): el rango de sueño aumentó en una hora a 10,08 horas (antes era entre 8,5 y 9,5)
Adultos más jóvenes (18 a 25): entre 7-9 horas al día, y no menos de seis ni más de 10-11.
Adultos (26-64): lo ideal sería dormir entre siete y nueve horas, aunque no siempre se logra.
Adultos mayores (de 65 años): lo saludable es dormir entre 7-8 horas al día.