El trabajo en un call center no suele ser tarea sencilla, pues a menudo los empleados deben atender las quejas de los usuarios de las empresas que tienen un contrato con el centro de atención telefónica, por lo que, incluso con paciencia, tienen que soportar insultos, y molestias.
Quizá fue por esto que un empleado de Canarias, en España, tuvo la ocurrencia de autollamarse por teléfono con la finalidad de no atender en esos espacios de tiempo a ningún cliente. Por supuesto, fue despedido, pero tuvo la osadía de demandar al centro de llamadas por prescindir de sus servicios.
Según información de medios españoles, el empleado despedido registró un total de 151 autollamadas a su línea mientras hacía home office durante el tiempo más crítico de la pandemia por el COVID-19, así que fue entre marzo y septiembre de 2020 que el hombre fingía trabajar. A través de una carta entregada al trabajador, el call center detalló los motivos de su despido.
Además, la empresa también explicó cómo fue que el trabajador se valió de una sucia estrategia para engañar a sus supervisores. Según lo que llegaron a descubrir, con esta maniobra fraudulenta se perdieron 22 horas, 40 minutos y ocho segundos de trabajo real.