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La extraña desaparición de joven en el río Chicamocha

Moisés Jesús Ojeda, de 19 años fue amenazado un día antes de desaparecer en extrañas circunstancias. A su progenitora le dijeron que cayó al río pero clama por que las autoridades esclarezcan los hechos.

Impotencia, desconsuelo, un profundo dolor de ausencia invaden el corazón de Yelitza Ojeda Antequera. Su hijo Moisés Jesús Ojeda de 19 años, de nacionalidad venezolana, desapareció en extrañas circunstancias el martes en la noche.


Le dijeron que se había tirado al río Chicamocha pero, según manifiesta, hay versiones que se contradicen. Clama porque las autoridades averigüen qué sucedió en realidad.

¿Qué ocurrió ese día?


Yelitza afirma que Moisés departía con cuatro personas en el sector conocido como La Palmera, en Capitanejo. Hacia las 9:30 de la noche el jefe del joven llegó hasta su casa en el barrio San Antonio para avisarle que su pela’o se había tirado con su moto al río.


“Primero me dijo que se había lanzado en Las Tapias, luego que había sido desde el Puente La Palmera.


“Llegamos hasta allá y un muchacho se me vino encima a decirme que lo perdonara que él no lo quería hacer. Empecé a llorar, a preguntarles qué le habían hecho a mi hijo y una mujer que estaba con ellos le advirtió que se callara”,

contó la progenitora.


Ese mismo martes hacia las 10:30 de la noche el Cuerpo de Bomberos de Capitanejo con Defensa Civil y Policía, iniciaron las labores de rescate en el afluente para hallar a Moisés.


Con 9 hombres, 4 de ellos especializados en maniobras acuáticas, no han cesado en la extenuante búsqueda que se ha visto dificultada debido a la súbita creciente por los aguaceros que se han registrado estas noches.
Desde el puente La Palmera hasta la vereda Petaquero, por Cepitá y Jordán Sube han recorrido el imponente Chicamocha sin éxito.

Las autoridades le confirmaron a Yelitza que al llegar a la desembocadura del río, de no encontrarlo, manejarían otras hipótesis.


Hace tres años Yelitza llegó con su familia a Capitanejo. Desde entonces Moisés trabajaba en una fábrica de ollas a presión.

“Todos nos conocen aquí, lo conocen a él, no se metía con nadie, era muy tímido, muy callado”, expresó.
Un día antes de su desaparición, Moisés le contó que estaba atemorizado porque un compañero en medio de una discusión lo amenazó.


“A mi no me importa desaparecer a un veneco le dijo a mi hijo y al siguiente día pasó lo que pasó. Ese joven estaba esa noche, esas personas saben lo que pasó y no dicen la verdad. Mi hijo no sabía nadar, nunca se metió a ese río, le temía a las alturas, él no se habría tirado”,

dijo entre sollozos.

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