En un país donde muchos están curtidos, con callo en el alma por tanta violencia, ya nada pareciera doler, acostumbrados a los panoramas trágicos de asesinatos, injusticias, masacres…
Para miles, sí duele, porque lo han vivido en carne propia, han visto cómo, de manera despiadada les arrebatan lo que aman. Llevan años esperando ‘sanar’ de cierta manera las heridas, o mermar en parte el dolor que dejó a su paso la violencia.
Los Cañas Cano son una de esas familias que han ‘palpado’ el dolor porque la tragedia, como si fuera poco, les llegó multiplicada por tres… Perdieron a José Milton, a Giovanny y a Elizabeth.
Los dos primeros: José Milton Cañas y Giovanny Herrera Cano fueron desaparecidos junto a 25 personas más durante la Masacre de ‘El Campín’, en Barrancabermeja, ocurrida el 16 de Mayo de 1998.
Dos años después, Elizabeth, hermana de Milton y madre de Giovanny, fue asesinada cuando se dirigía hacia su trabajo. Hombres se le acercaron y le dispararon sin piedad alguna. Ella era testigo, buscaba justicia para los suyos y había identificado a un miembro de la Fuerza Pública que habría participado en la masacre.
Un ‘bálsamo’ para tanta pena
Este viernes, 7 de octubre de 2022, para muchos era una fecha más, pero para los Cañas Cano era casi un cuarto de siglo sin saber de José Milton. Ayer pudieron tener un ‘bálsamo’ entre tanto dolor, zozobra y una espera que parecía eterna.
En el centro de Bucaramanga, a kilómetros de donde José Milton fue visto con vida por última vez, recibieron un cofre que contenía lo que queda de lo que una vez fue un hombre trabajador, cuyo único pecado fue estar en el lugar equivocado cuando hombres armados llegaron ‘repartiendo plomo’ y llevándose por delante a seres inocentes.
El propósito: enviar un mensaje de terror a la ciudadanía. Miraron caras y, a dedo, hombres encapuchados fueron señalando a cada una de las personas que se llevaron.
Siete personas fueron asesinadas y 25 desaparecidas bajo la orden de ‘Camilo Morantes’, jefe paramilitar que buscaba poderío en la región. Alías ‘El Panadero’ habría liderado la incursión.
Los restos de Milton fueron entregados ayer a sus familiares, para tener una despedida digna. Ahora, por lo menos, tendrán un lugar para visitar, para llorar, para cerrar ese ‘duelo cristalizado en el tiempo’, que inició hace más de 24 años… Falta Giovanny.
La cifra oficial de desaparecidos como consecuencia del conflicto armado en Colombia no se conoce, ni en cuántos años se podrá lograr su identificación, aunque se estima que son más de 80 mil, de los cuales 25 mil cuerpos no han sido identificados.
15 años para identificar el cuerpo de José Milton
Cuando los paramilitares empezaron a entregar información para ‘ganarse’ su desmovilización, se supo de una fosa ubicada en la finca Villa Alicia, en la vereda La Mata del municipio de Sabana de Torres.
Allí fueron exhumados seis cuerpos. Uno de esos cadáveres era el de José Milton, pero eso se pudo saber quince años después.
Cinco de los cuerpos fueron identificados y entregados en el 2009, pero el de José Milton reposó en el Cementerio Central de Bucaramanga varios años hasta que la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas, UBPD intervino ante pocos avances en el proceso de identificación por parte del Instituto Nacional de Medicina Legal.
“Este caso era especialmente complejo porque se trataba de dos familiares que compartían características genéticas. Finalmente el proceso de identificación se pudo concretar hasta junio de este año que logramos que se hicieran los análisis y cotejos.
Hoy se puede tener la certeza de que este cuerpo que estuvo tanto tiempo acá en el cementerio de Bucaramanga es el que corresponde a a José Milton”, explicó Luz Marina Monzón, Directora de la UBPD.
La ‘eterna’ espera por fin tuvo alivio para los familiares de José Milton. Ayer, en la ceremonia de la entrega digna de su cuerpo, escucharon el informe judicial de Medicina Legal. Un larga explicación técnica que buscaba justificarle a una familia por qué alargaron tanto su duelo.
“Esto no se puede dilatar como se dilatan tantas cosas porque el dolor se incrementa, porque el sufrimiento se incrementa”, agregó Luz Marina Monzón.
“José Milton era alegre, muy parrandero”
Luz Almanza, quien también perdió a su esposo Ricky Nelson García en la masacre de 1998 y hoy es representante del colectivo ‘16 de mayo’, conoció a José Milton. Era vecino, vivía en El Campín.
“Él era obrero, trabajaba en lo que le saliera, pero honrado, como todos nosotros. Era alegre, muy parrandero. También muy servicial.
Dejó a su compañera Evelia Bustos y un hijo que no era biológico pero sí de crianza. Tenía muchos hermanos, nueve hermanos”, contó Luz Almanza.
Luego de 8 mil 910 fechas, es decir, 24 años, cuatro meses y 21 días, muchas de las familias siguen esperando verdad, justicia y reparación. Aún se desconoce el paradero de más de una decena de personas desaparecidas esa horrible noche, siguen esperando que como el de José Milton, todos los cuerpo sean entregados a sus familiares… El olvido no hace parte de esa lucha. “Ni un minuto de silencio, toda una vida luchando…”, ese es el mensaje que siempre cantan al unísono las víctimas de la barbarie.
La versión de ‘El Panadero’
En octubre de 2010, en versión libre, Mario Jaimes Mejía, alias ‘El panadero’, relató la historia que desencadenó la masacre.
Dijo que empezó a fraguarse en febrero de 1998. “Previo me comuniqué con varios integrantes de la Policía, el Ejército y el DAS para coordinar el desarrollo de la masacre.
“Me reuní con el comandante Camilo Morantes y él me dijo ¡vaya y dígale a esa gente que necesitamos incursionar en Barrancabermeja y acabar con ese cáncer que es la guerrilla, dígales que necesito seriedad o habrá problemas conmigo!”.
De acuerdo con el relato, la historia de terror tenía como centro de mando el corregimiento de San Rafael de Lebrija, en el bajo Rionegro, desde donde se ‘craneó’ toda la operación.
¿Cómo seleccionaron a las víctimas?
Según narró ‘El panadero’, “el capitán Prada me presentó a alias ‘Michael’ un desmovilizado de las Farc que nos dio información. Él me dijo que en el kiosco billar que había frente a la cancha de El Campín y en La Tora se reunían todos los sábados, entre 10 y 15 guerrilleros, que allí podíamos ir y que no perdíamos el viaje.
‘Michael’ fue quien dio ‘dedo’ para seleccionar a las víctimas de la masacre. “También nos dijeron que nos pasáramos por El Llanito y El Tropezón, que por ahí se la pasaba la guerrilla.
“Antes de la masacre también habíamos intercambiado información con el capitán Prada y otros de inteligencia, ellos también aportaron algunos nombres para la lista”…así se creó la lista de nombres que uno a uno fueron enunciados en la cancha El Campín, el 16 de mayo de 1998.
¿Quién ayudó?
En la versión, ‘El Panadero’ relató que la masacre habría sido perpetrada con ayuda de una capitán del Ejército quien laboraba en el Batallón Nueva Granada de Barrancabermeja, un capitán retirado quien laboraba entonces como supervisor en Ecopetrol, con un coronel, comandante de la Policía y una agente de la Sijin, entre otros.
“Fuimos al Batallón Nueva Granada en varias oportunidades, hablamos con el capitán Prada y le dijimos que la misión era dar de baja a la guerrilla en Barrancabermeja y que necesitábamos su ayuda.
“Acordamos que él hablaría con un mayor para que el día de la masacre no hubiera reacción por parte de los militares.
“Luego nos reunimos con el capitán retirado y me dijo que ya tenía todo coordinado y que fuera a hablar con el Director del DAS. Fui y le manifesté que necesitaba que no hubiera ninguna reacción por parte de ellos y que ante cualquier llamado de la comunidad no acudieran al lugar”…Sin embargo, se presume que el Director del DAS envió un comunicado al Ejército manifestándoles que las autodefensas pretendían incursionar en Barrancabermeja.
En su relato, ‘El Panadero’ dijo que le informaron al Comandante de la Policía sobre la masacre y él les respondió “si van a hacerlo, háganlo, pero no me dejen muertos, si lo van a hacer llévense todos los cuerpos”… Les habría dado 45 minutos para perpetrar el crimen.
