El temor sigue siendo el principal protagonista en el sector conocido como Betania D, ubicado al norte de Bucaramanga, en la etapa 9. ¿La razón? Las constantes ‘riñas’ o ‘disputas’ entre los miembros de las ‘ollas’ afecta la tranquilidad de quienes residen en esta zona.
Situación que no fue diferente el pasado domingo 13 de marzo, pasadas las 9:00 de la noche, cuando, en repetidas ocasiones, se escucharon varias detonaciones de arma de fuego.
Según narraron los vecinos, se trató de un enfrentamiento entre “el administrador y el ‘capo’ de uno de los grupos”.
Un posible ‘faltoneo’ por parte de un integrante desató la furia de quien sería su jefe.
“El muchacho trabaja en las ‘ollas’, es el que administra. Se encarga de vender el vicio”, indicaron los habitantes.
Un “ajuste de cuentas”
El domingo, los vecinos notaron a la víctima, de 23 años, un poco inquieta y “azarada”. Estaba sentada por la peatonal 4, luego “duró como cinco minutos subiendo y bajando”, hasta que se ubicó en las gradas de una de las viviendas.
Allí, frente a una pared de ladrillos, recostó su cuerpo, sin percatarse que su atacante estaría ‘pisándole los talones’.
Se dice que el ‘capo’ llegó, sacó un revólver y le propinó dos disparos “para asustarlo”.
“Del susto, se botó hacia atrás. Eso es un muro de dos metros de alto, pero abajo hay un sillón. Él cayó ahí”, aseguraron residentes del sector.
Lo que se sabe es que, mientras el herido trataba de ponerse nuevamente en pie, el sujeto volvió a accionar su arma de fuego, pero esta vez no corrió con suerte, pues recibió un impacto en la ingle, el cual también roza en sus partes íntimas.
Ante el hecho, las personas se acercaron a ayudar al ciudadano, quien de inmediato fue remitido al Hospital Universitario Los Comuneros, donde permanece en observación.
Del victimario se desconoce su paradero, pues emprendió la huida luego de haber agredido al joven.