Manuel Salvador Calvo Echavarría a sus 76 años era un roble, no lo aquejaba ninguna enfermedad, es que ni una muela le dolía; expresaron sus conocidos y familiares.
Aún era muy hábil y precavido, por eso les sorprende que no haya escuchado el estruendo del carromotor que se aproximaba mientras cruzaba.
Ocurrió el domingo en la tarde en el corregimiento Puente Sogamoso de Puerto Wilches, donde vivía Calvo Echavarría, quien se desempeñó toda la vida como pescador.
El vehículo iría a gran velocidad y Calvo calculó mal el tiempo, no alcanzó a llegar al otro lado.
Los vecinos lo rodearon y lo cargaron hasta un andén, quedó muy mal herido. Ahora, aquel hombre que siempre fue recio gemía como un niño ante las intensas lesiones sufridas.
Casi de inmediato, hombres de la Defensa Civil lo trasladaron en una camioneta a la ESE Hospital Edmundo Arias de Puerto Wilches, donde debido a la gravedad de las heridas, pero no resistió.
Dejó a su amor eterno
Manuel compartió los últimas 30 años de su vida con Carmelita Ibáñez. No tuvieron hijos, pero sí un amor incondicional.
comentó Yolvis Rivera.
“Llegó aquí a Sogamoso y se enamoraron con mi abuela, a él lo queríamos mucho, era muy servicial”,
En el corregimiento lo querían, lo apreciaban porque nunca se negaba a hacer un favor.
“Todos los días iba a comprar gasolina para vendérsela a los otros pescadores. Le pagaban 2 mil pesos y él con eso se compraba cigarrillos”.
Ayer precisamente, Calvo realizaba su ‘tarea’ cuando se vio alcanzado por aquella imparable mole que le arrebató su viveza.