El destino de Fredy Alberto Jaimes Ayala definitivamente estaba escrito. La muerte se le atravesó cuando se dirigía hacia su vivienda en el barrio La Independencia de Bucaramanga.
Eran las 3:00 de la tarde y en la calle 4 con carrera 18 se escucharon dos disparos. Quienes se encontraban en la zona corrieron despavoridos buscando refugio.
Todo fue caos, confusión, pues no entendían lo que estaba pasando o hacia quién iba dirigido el ataque. Freddy se encontraba en el ‘lugar equivocado’
Y cuando pensaron que todo había terminado, se ‘reveló’ la tragedia. Freddy estaba herido de gravedad, por lo que sus familiares lo vieron y quedaron aterrorizados. Sabía que esos disparos no iban para él. En ese momento comenzó su carrera contra la muerte, fue trasladado a la Clínica La Merced, donde fue estabilizado, pero el proyectil, poco a poco le robaba la existencia.
Se agravó por lo que tuvo que ser remitido de urgencia hacia el Hospital Universitario de Santander, HUS, pero pese al esfuerzo de los galenos por mantenerlo en este mundo, murió horas después. El tiro se había incrustado en su espalda y no salió.
El ataque a bala iría dirigido a otra persona a quien Fredy se encontró en el camino y se detuvo a saludar.
“Él no se metía con nadie, no sabemos qué pudo pasar”, manifestó uno de sus vecinos.
Era adventista, casado y tenía un hijo. “Se caracterizaba por ser una persona servicial, colaboradora, alegre, dedicada a su hogar. No entendemos por qué las personas buenas se van?”, comentó uno de sus allegados.