Vecinos del sector se encuentran sumidos en el dolor por su triste final.
“Su mamá ya había muerto, él vivía solo con su papá, Manuel Tortuga, por eso le decíamos así a Ayir. Aunque tenían casa ahí en el barrio, les gustaba dormir debajo del puente, se cuidaban entre ellos”, contó un parcero de la víctima.
Nadie sabe cuáles pudieron ser las razones para que le arrebataran la vida de tan despiada manera.
“Él sí era vicioso pero no se metía con nadie. Quería estudiar y salir adelante. Ayudaba mucho a la gente del barrio. Aveces lo veían sacando arena, recogiendo chatarra o sacando la basura de los vecinos”, añadió el amigo de “Tortugo”.