El alemán Maximiliam Schachmann (Bora) se alzó ayer con su segundo triunfo consecutivo en la París-Niza, tras una jornada final en la que la mala suerte estuvo con el esloveno Primoz Roglic (Jumbo-Visma), que se vio privado del triunfo final tras sufrir primero una caída y posteriormente una avería mecánica.
Percances que dejaron en nada la ventaja de 52 segundos con la que el corredor esloveno afrontó la última etapa de tan sólo 92 kilómetros, en la que parecía que nada le iba a quitar el triunfo a Roglic.
Sin embargo, la jornada se complicó para el ciclista del Jumbo-Visma, que a falta de 70 kilómetros para la línea de meta sufrió una caída.
Un accidente que obligó a Roglic, visiblemente magullado, a efectuar un tremendo esfuerzo para poder reincorporarse a la disciplina del pelotón. Esfuerzo que finalmente no sirvió de nada al corredor esloveno, que se despidió finalmente del triunfo en la prueba, tras sufrir una avería mecánica que le volvió a descolgar.
Con Roglic fuera de la lucha por el triunfo final, el alemán Schachmann encontró el camino libre para alzarse con su segunda París-Niza consecutiva por delante del ruso Aleksandr Vlasov (Astana), segundo a 19 segundos, y el español Ion Izaguirre (Astana), tercero a 23 segundos.