El gran corazón que tenía Everth Jaimes Delgado dejó de latir temprano. A sus 20 años sufrió un terrible accidente de tránsito en la calle 12 con 4 del barrio La Popa de Lebrija, donde se estrelló contra un poste cuando iba en su motocicleta de regreso hacia una finca donde celebraba el primer año de su hijo. Había salido a llevar a un amigo.
Quienes se encontraban allí reunidos esperándolo para continuar el festejo, no se recuperan del dolor de saber que no lo volverán a ver. Se llevó la alegría, su sociabilidad y servicio.
“Te fuiste muy lejos y muy rápido. No sabes el dolor tan grande que sentimos al no tenerte a nuestro lado.
“Estábamos felices celebrando el cumpleaños de tu hijo y hoy lloramos por tu muerte. La vida es muy dura, a veces nos sorprende de la peor manera.
“Ahora estás en un lugar mejor, sin preocupaciones, cuidándonos desde el cielo a todos, incluido a tu pequeño, como un angelito”, fue uno de los mensajes de sus amigos.
Sus allegados se reunieron una vez más para darle el último adiós en la funeraria La Paz, de Bucaramanga.
“Lo vamos a recordar siempre como una persona que los apoyaba a todos. No le importaba la clase social, porque decía que a veces la gente discriminaba”, manifestó Karen Jaimes Delgado, una de sus hermanas.
Everth residía hacía dos años en el barrio El Centro del ‘municipio piñero’.
Había terminado de prestar el servicio en la Marina. Quería progresar, por lo que se encontraba haciendo un curso de conducción para ingresar a una empresa de pollos.
El fatídico hecho
A la 1:30 de la mañana, Jaimes Delgado salió de la finca para llevar a un amigo. Dijo que no se demoraría, pero cuando tomó la ruta para regresar, se encontró con la muerte. Algunos aseguran que habría sufrido un microsueño, otros que no tendría la experiencia con las motocicletas, porque no tenía licencia.
Lo cierto es que el impacto contra una estructura de cemento le ocasionó un trauma craneoencefálico severo y un fuerte trauma en el tórax. La moto, que no era de él, quedó intacta
Everth quedó agonizando sobre el andén y alcanzaron a trasladarlo a un centro asistencial donde lo estabilizaron, pero al remitirlo a otro hospital de mayor complejidad sufrió un paro cardíaco que apagó su vida para siempre. Era el segundo de tres hermanos y el único hombre.