En una zozobra continua viven las familias de Gerardo Aranda Albarracín y Víctor Julio Rodríguez, quienes desde hace varios meses desaparecieron.
Gerardo ya cumplió un año desde que salió de su casa, en Sabana de Torres. Sus allegados no tienen una sola pista. “Hemos estado pacientes. No hemos sabido nada. Seguimos entregando volantes con el anuncio de la recompensa. Tenemos fe y estamos preparados para lo que haya que hacer”, comentó Luis Aranda, uno de sus hijos.
El 7 de diciembre de 2020, Aranda -reconocido ganadero de 71 años- salió desde el corregimiento San Rafael del Lebrija, rumbo a la finca la Alegría de la vereda Mata de Plátano en Sabana de Torres. Desde entonces nadie volvió a saber nada de él. Horas después, la camioneta blanca en la que se movilizaba fue hallada. Estaría con el motor encendido.
Sus dos celulares los habrían encontrado en una vía que conduce a la Ruta del Sol.
“Confiamos en que todo salga bien. Trabajamos todo para que cuando vuelva no piensa que todo se fue para atrás”, dijo su hijo.
Lo sacaron de la casa
Un drama similar viven los seres queridos de Víctor Julio, quienes fueron testigos del rapto del hombre, de 64 años. El pasado 21 de julio fue sacado a la fuerza por tres sujetos de su finca en la vereda Quebraditas, corregimiento Santa Cruz de la Colina, en Matanza.
Su esposa sigue afligida. Nadie le dice nada y desde hace varios meses no sabe nada de su amado.
“Es un silencio aterrador. Clamamos al cielo que nos lo devuelvan con vida. Son cinco meses que se lo llevaron. Pedimos a esa gente, a esos secuestradores que tengan misericordia con él y que nos lo regresen”, dijo su esposa Vilma Ochoa, quien lo extraña profundamente.