Le ‘cayeron’ dos, según testigos, a bordo de una motocicleta, cuando la víctima se encontraba al parecer sentada en un punto del parque principal del barrio Brisas del Campo, el mismo donde residiría.
Estaba desprevenido, confiando en que era un lugar público, había personas cerca y el sol lo iluminaba todo. Pero nada de eso fue problema para los asesinos, que se acercaron con rapidez lo suficiente para arremeter en su contra de manera despiadada.
Usaron un arma cortopunzante para lastimar en repetidas ocasiones aquella humanidad de 1,63 centímetros de estatura y contextura delgada.
“Nunca había visto cómo le daban a alguien con un cuchillo”, confesó con el nerviosismo en la garganta una de las vecinas, impactada por la sevicia de los agresores.
Luego de que estos se dieran a la huida en el vehículo de dos ruedas, Ramos Mejía habría dado unos cuantos pasos con su aliento entrecortado, dejando rastros de su sangre por las aceras de lugar.
‘San Martín’, como algunos llamaban a Yancarlos de cariño, pidió ayuda y quienes vieron la muerte marcada en las expresiones de su rostro corrieron a brindarle la mano como pudieron.
Lo alcanzaron a llevar en brazos hasta la Clínica de Girón; sin embargo, la experiencia de los médicos que lo recibieron no pudo contrarrestar la fiereza de las cortadas que le habían hecho sus agresores.
Entonces se cumplió el propósito de los delincuentes que lo atacaron y expiró.