El domingo en la mañana la juerga que tenían Joider y sus amigos cerca a la cancha polipolvo fue sobresaltada por la balacera que desataron dos sicarios a bordo de una motocicleta. Sabían por quién iban porque solo jalaron el gatillo contra Joiner.
Con su cometido huyeron rumbo hacia el barrio Minas del Paraíso.
Lo dejaron como estaba, sentado en la silla, con los ojos abiertos, el cuerpo lleno de huecos por las balas, la cabeza girada hacia atrás…
La camisa roja que llevaba puesta con el lema “El Jefe” quedó empapada en su sangre.
Sus compinches le taparon el rostro con la gorra roja que llevaba puesta y se despidieron.
¿Por qué lo mataron?
Al parecer Joiner estaba advertido, le habrían dicho que no lo querían ver por la zona.
Contaron que sus amigos le reclamaban por haber salido, por desafiar a la ‘muerte’.
“El pela’o estaba pirateando, pero no hacía cosas malas aunque sí andaba con personas que no debía”, contó un amigo de Joiner.
Por eso los reclamos de aquel joven que no quería entender que ya le habían matado a “El Jefe”. Le gritaba a un cadáver.