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‘Guerra del centavo’ de las ambulancias cobró una vida en Bucaramanga

Al mejor cazador se le va la liebre y al mejor conductor la vida. Le ocurrió a Joan Enrique Suárez Pineda quien, a pesar de su prudencia al conducir ambulancias, no sobrevivió a un grave accidente.

Al mejor cazador se le va la liebre y al mejor conductor la vida. Le ocurrió a Joan Enrique Suárez Pineda quien, a pesar de su prudencia al conducir ambulancias, no sobrevivió a un grave accidente ocurrido el viernes en la noche cuando iba veloz por la autopista.

Llevaba casi cuatro años al volante de uno de esos vehículos de emergencias. Con Andrés Suárez, su hermano, trabajaban en el mismo oficio en la empresa S.O.S.

“Cuando nos veía correr nos decía que fuéramos como él, suavecito, despacio. Joan era muy precavido”, contó un colega paramédico.

Por eso todos sus seres queridos insisten en que él no fue el causante del siniestro que le costó la vida.

¿Qué ocurrió?

Hacia las 9:00 de la noche, Joan y otro compañero paramédico iban a bordo de la ambulancia para atender un herido por accidente de tránsito en La Españolita.

Ya iban por el kilómetro 86, de la vía Floridablanca-Piedecuesta. Joan se movilizaba por el carril exclusivo de Metrolínea.

Pero en el retorno de la Universidad Pontificia ocurrió la fatalidad. Joan colisionó contra un vehículo particular.

Debido al impacto, la ambulancia se volcó. Quedó llantas para arriba. Las latas ‘volaron’.

Muchos conductores detuvieron su marcha y se acercaron. De las dos personas que iban dentro, una se veía muy malherida, era Joan.

La ambulancia con la que ‘competían’ por la atención del siniestro en La Españolita se devolvió a auxiliarlos.

Suárez fue ingresado al HIC de Piedecuesta. Aún tenía signos vitales pero horas más tarde sufrió muerte cerebral.

Salvó muchas vidas en esa batalla, ahora otros luchaban por salvar la suya pero no lo consiguieron, aunque lo intentaron todo. Hacia las 12:40 confirmaron su fallecimiento.

Andrés Suárez no tenía idea de lo que había ocurrido, se enteró por mensajes de colegas que le preguntaban por el estado de salud de Joan.

Alcanzó a llegar a la Clínica para acompañarlo, luego que tuvo que despedirse.

Llevaba casi cuatro años al volante de uno de esos vehículos de emergencias. Con Andrés Suárez, su hermano, trabajaban en el mismo oficio en la empresa S.O.S.

“Cuando nos veía correr nos decía que fuéramos como él, suavecito, despacio. Joan era muy precavido”, contó un colega paramédico.

Por eso todos sus seres queridos insisten en que él no fue el causante del siniestro que le costó la vida.

Siguen las imprudencias

La llamada “guerra del centavo” que se libra entre las ambulancias por acudir de primera mano a las emergencias de tránsito en el área metropolitana de Bucaramanga para ganarse el cobro del siniestro del Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito está dejando en evidencia las fatalidades que pueden ocurrir por las aparentes imprudencias viales que cometen en su ‘afán’.

Las autoridades de tránsito aún no tienen claro cómo ocurrió el siniestro pero lo que cierto es que Joan iba por el carril exclusivo de Metrolínea.

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