María Evila desapareció el domingo y apareció asesinada el lunes en Bucaramanga

Debajo de un montón de hojas secas, sobre unos troncos de bambú fue hallado el cuerpo de María Evila Vega de Flórez, de 64 años. Tenía una puñalada en el cuello; yacía en una zona boscosa en los alrededores del puente La Novena de Bucaramanga. Fue tan macabro que hasta los indigentes que frecuentan el lugar quedaron aterrorizados; precisamente uno de ellos puso al tanto a las autoridades.
El crimen se reveló con los primeros rayos del sol.
Hasta ese sitio recóndito llegaron las autoridades para realizar el levantamiento del cadáver, de quien en el momento del reporte se desconocía identidad.
Por allí solo se murmuraba que se trataba de ‘María’, la vendedora de dulces que a diario se ‘parqueaba’ con su chaza frente al Hospital Psiquiátrico San Camilo. Así se ganaba la vida; madrugaba para no dejar pasar ningún cliente.
María fue vista por última vez el domingo en la mañana y no había llegado a dormir. Sus familiares estaban preocupados, permanecían alerta ante cualquier novedad.
Por eso cuando se ‘regó’ la noticia de su hallazgo, no dudaron en ir hasta allá para saber si se trataba de ella.
Aunque se especuló que había ocurrido un suicidio, esta versión fue descartada cuando se confirmó que tenía un herida abierta en el cuello causada con arma blanca.
“La vi ayer en la mañana, estaba en su chaza. Me fui con el esposo de ella a trabajar. Eso fue que se dejó engatusar de alguien que la metió allá y le hicieron daño. A su puesto de trabajo llegaba mucho gamín”, manifestó uno de sus conocidos quien se mostró desconcertado.
María Evila era madre y vivía con su esposo desde hace 8 meses en el barrio Campohermoso. Las autoridades tendrán que establecer la identidad del infame que le arrebató la vida de manera cruel a esta vendedora informal.