Ocurrió en un establecimiento nocturno del barrio Ricaurte, donde vivía Jhon.
Estaba tomándose unas cervezas con unos conocidos, hasta la medianoche.
Cuando ya más de uno andaba con los tragos encima, se suscitó una riña. Heidy era una de las involucradas.
Jhon intentó calmarle la furia, pero en respuesta recibió la letal cortada que lo ahogó en su propia sangre. Murió ahí.
Heidy huyó pero no fue muy lejos. La Policía la capturó a pocas cuadras; estaba bajo los efectos de alucinógenos.
Fue presentada ante la Fiscalía por homicidio agravado y un Juez decidió enviarla de inmediato a prisión.
Extrañarán a “Cuscas”
El desconsuelo embargó a los habitantes del barrio Ricaurte.
A “Cuscas”-como le decían de cariño a Jhon Jairo- lo estimaban mucho, “no tenía vicios, era respetuoso, no se metía con nadie”, expresó un amigo.
Trabajaba en una fábrica de bocadillos pero su ‘parche’ de amigos era de varios mecánicos y conductores de camiones quienes organizaron una caravana el martes para acompañar el traslado de su cuerpo desde la funeraria hacia el cementerio.
Con música y pitos despidieron a “Cuscas”.
“Mi hermano se metió de manera pendeja en una pelea que no era de él, como era gente del barrio donde nos criamos, se involucró y lo mataron”, contó Mauricio Santamaría, hermano mayor de Jhon.
Ahora piden un castigo ejemplar para la responsable de arrebatarle la existencia a su querido “Cuscas”.