La angustia que había acompañado a la familia de Stiven David Garzón Guzmán durante más de cuatro meses se convirtió en un dolor profundo e irreparable cuando recibieron la noticia de su muerte. Stiven, de 14 años, quien había desaparecido en septiembre del año pasado junto a otros dos compañeros, también menores de edad, fue hallado sin vida en una morgue de Cúcuta. Al parecer, murió en medio de un enfrentamiento armado entre grupos ilegales en la región del Catatumbo.
El hallazgo de su cuerpo, según información preliminar obtenida por familiares, se dio en el kilómetro 25 de la vía Betas-Tibú, en Norte de Santander. “Nos confirmaron la muerte de uno de ellos. Lo trajimos a casa. Lo encontramos en la zona del Catatumbo. Nos dijeron que murió en medio de un enfrentamiento”, relató el padre de uno de los menores que aún permanece desaparecido.
Aunque las autoridades aún no han dado detalles exactos de lo sucedido, los testimonios que han circulado entre la familia y amigos apuntan a que Stiven y los otros dos adolescentes fueron víctimas del reclutamiento forzado.
“Ya sabíamos que los habían reclutado. Ellos alcanzaron a comunicarse y nos dijeron que estaban en el Catatumbo, sabemos que los otros dos niños están en esa zona y lo único que tenemos es incertidumbre, no sabemos si ellos también están muertos, si sobrevivieron a esos enfrentamientos. Lo que pedimos como familia es que nos digan qué pasó con los otros dos niños, que nos lo devuelvan”, dijo el padre de familia.
Los otros dos adolescentes que aún son buscados por sus familiares son Jhonier Revueltas y Leidy Nicol Llanes. Las autoridades mantienen vigente una recompensa hasta de $20 millones a quien suministre información que permita ubicar a los menores de edad.
El día de la desaparición de los menores en el sur del Bolívar
La última vez que las familias vieron por última vez a los adolescentes fue el pasado 30 de septiembre en horas de la tarde; los tres chicos dijeron en sus casas que debían reunirse para adelantar un trabajo que le habían asignado en clases.
Pocos días después de la desaparición la madre del menor hallado muerto narró a Q’hubo, como fueron los últimos momentos de su hijo, antes de perderle el rastro.
“Él me dijo que tenía que hacer un taller a las 4:30 pm; yo lo dejé, pero estaba angustiada porque días atrás algunos vecinos decían que había un señor buscando a varios niños, diciendo que se los iba a llevar a ‘raspar’, incluso yo lo confronté días antes. Él salió, pero mi hija, no notó nada raro. Yo con mi angustia regreso a casa y veo que las cosa de él estaban, pero eran las 5:30 pm. Al salir venía llegando la otra vecina y me dicen que el niño tampoco ha regresado y que el celular suena apagado, así también estaba el de mi hijo y ahí fue donde empezamos a buscar por todos lados”, relató Enelvis Guzmán.
En medio de la búsqueda, a las familias les dijeron que los adolescentes fueron vistos en la zona de embarque de vehículos del municipio; “preguntamos y corroboramos que ellos compraron tiquete hasta Aguachica. Hoy decimos que fue un actuar irresponsable de la cooperativa de transporte de Morales, vender los tiquetes a tres niños… los vieron subir solos y nadie reportó nada, quizás si no les venden esos tiquetes hoy la historia fuera distinta, ni Estiven estuviera muerto ni nuestros hijos siguieran desaparecidos”, dijo el padre de Jhoiner Revueltas.
Según los familiares de los jóvenes, en las redes sociales de los adolescentes encontraron información que daba cuenta que les ofrecieron $1 millón de pesos por irse. “Encontramos conversaciones raras, otros chicos que estuvieron a punto de irse dicen que les ofrecían plata, $1 millón y trabajo; a ellos se los llevaron ‘engatusados’”, dijo en su momento la madre de familia.
Mientras las familias le dan el último adiós al joven asesinado, la angustia por los otros dos menores desaparecidos sigue latente. Leidis Nicol y Johiner, aún siguen siendo buscados por sus familiares. Sus padres claman por su pronto regreso.