Los campaneros ya habían dado el ‘pitazo’. Los sicarios llegaron sobre las 7:58 de la noche del 10 de noviembre al local de comidas rápidas, ‘Donde Hoyos’, en el barrio Girardot de Bucaramanga. Allí estaba su objetivo, Deiber Leonardo Vargas Barragán, de 34 años. Comía junto a su novia, sin prisas y presagios. Inocente de lo que sucedería, no sintió ninguna alarma cuando sus verdugos arribaron al lugar en una motocicleta de referencia NKD, AKT.
A mansalva, el parrillero le disparó dos veces. Un proyectil le impactó el brazo izquierdo y el más letal le hirió el cuello. No pudo mantenerse en la silla y terminó derrumbándose. En medio de los gritos de auxilio de la novia, los asesinos a sueldo huyeron por la calle 28 del barrio Girardot.
Deiber, en medio de la agonía, fue trasladado por su pareja sentimental y vecinos del sector. Llegaron hasta el Hospital Universitario de Santander, pero después de recibir atención médica por unos minutos falleció.
Si bien las autoridades no han esclarecido los pormenores de este crimen, no descartan que se trate de un ajuste de cuentas, pues la víctima tenía un extenso prontuario delictivo.
De acuerdo con el reporte de la Policía Metropolitana de Bucaramanga, Vargas Barragán registraba 16 anotaciones judiciales por homicidio, fuga de presos, lesiones personales, concierto para delinquir, hurto, falsedad material en documento público, amenazas, tráfico de estupefacientes y porte ilegal de armas de fuego.
Además, estaba cobijado bajo la medida de detención domiciliaria por el delito de hurto, condena que hasta el 22 de diciembre de 2023 estaba pagando en la cárcel de Cúcuta.
¿Volvió la violencia a Bucaramanga y su área metropolitana? Tres homicidios en 48 horas
Este es el tercer homicidio que ocurre en menos de 48 horas en Bucaramanga y su área metropolitana. La última víctima que había sido reportada por las autoridades fue Wilder Emilio Bustacara Jaimes, a quien le dispararon en frente de su novia en el billar ‘La Cachetona’, ubicado en la carrera 16E #59-63 del barrio La Esmeralda en Girón, el pasado sábado 9 de noviembre, sobre las 8:00 de la noche.
Dos horas después, en el barrio Asomiflor de Floridablanca, Ángel Rodríguez Contreras, de 19 años, asesinó a su padre, Gilberto Rodríguez Díaz, después de que este intentara golpear a su hermana embarazada.
Los familiares, que presenciaron el asesinato, no tuvieron otra que enumerar las razones que estarían detrás de la riña. Un historial de violencia por parte del hoy fallecido salió a la luz. Por varios días, Gilberto Rodríguez había golpeado a su esposa, la madre de Ángel. Las humillaciones y la impotencia habrían sembrado odio en el corazón del joven de 19 años.