Juan Pablo Aguilón Soto, de 21 años, y una menor de tan solo 13 son las dos víctimas del fatal accidente en el descenso de la vía a Morrorrico, metros arriba del CAI de la comuna 14 de Bucaramanga, que conmocionó a la ciudad sobre las 6:00 de la tarde de ayer, 5 de noviembre.
Ambos se movilizaban en una bicicleta adaptada para la práctica de ‘Gravity Bike’, que consiste en descolgarse por una pendiente sin la intervención de los frenos.
El joven conducía mientras que la niña se mantenía firme en la bicicleta, en medio de las curvas, o los riesgos que se encontraran en el camino… En uno de los golpes de adrenalina, Juan Soto quiso adelantar un vehículo. Sus reflejos le fallaron. Una motocicleta que subía la cuesta golpeó ‘su caballito de acero’. No pudo batallar con la velocidad y el impacto. Terminó cayendo junto a su compañera debajo de las llantas de un camión que descendía a su paso.
El conductor del vehículo no se percató de que ambos jóvenes habían caído en las llantas traseras, y los arrolló. Las lesiones fueron fatales. Pese a que paramédicos les prestaron los primeros auxilios, no respondieron a las labores de reanimación.
Juan Soto, el creador de contenido de ‘Gravity Bike’ en Bucaramanga
La impresión de ver dos cuerpos jóvenes yaciendo en medio de la carretera motivó a los presentes a divulgar las imágenes del accidente para encontrar a sus familiares. Algunos testigos señalaron conocer a las víctimas y las caras de ambos se hicieron virales.
“Ayuden a difundir la foto de estos jóvenes, para que sus familiares se acerquen al Instituto de Medicina Legal”, decían algunas de las publicaciones en Facebook de curiosos testigos de la tragedia.
A medida que la información llegaba a todos los rincones de Bucaramanga, los 14 mil seguidores de Juan Soto, lo reconocieron. Sí era él Soto GV. El mismo que publicaba diariamente videos debatiéndose entre la adrenalina de la gravedad y el peligro inminente a caer.
En su parche de ‘gravitosos’, Juan Soto ya es motivo de homenaje, en medio de las críticas de una práctica que lejos de ser considerada un deporte ha sido concebida como una ‘lápida’ para quienes se suman a ella.
De la menor de edad, Q’hubo conoció que era residente del sector de Morrorrico. Aunque no conducía las bicicletas, había entrado al mundo del ‘Gravity Bike’ por sus amigos, quienes la invitaban a rodar después de ir colgados de camiones hasta ‘La Niebla’, en la vía Bucaramanga a Pamplona.