Las cámaras de seguridad del templo católico Cristo Resucitado, ubicado en el barrio Provenza al sur de Bucaramanga, captaron a un hombre cuando el pasado miércoles 24 de julio, a las 7:16 de la mañana, entró al recinto no para orar, sino para robar, faltando al séptimo mandamiento según las leyes cristianas.
El sujeto que estaba vestido con una camisa manga larga de color rosado, un pantalón negro y zapatos café, además portaba un bolso, entró al templo y se dirigió hacia la sacristía, lugar donde los sacerdotes se preparan antes de las ceremonias religiosas.
Aunque en las bancas de la iglesia habían cerca de ocho personas en oración, esto no fue impedimento para que el delincuente se arrepintiera de lo que iba a hacer.
“Ese muchacho debe arrepentirse porque robó en la ‘Casa de Dios’. Para nosotros los católicos es una ofensa lo que ocurrió en la iglesia”, expresó un habitante de Provenza.
El sacerdote Jaime Contreras, de la parroquia Cristo Resucitado, aseguró que el ladrón se llevó el celular que usaban para atender las llamadas y consultas de los feligreses y con el que transmitían las misas por Facebook todos los días.
“Era el celular que usábamos para transmitir las eucaristías para la gente que no puede venir por enfermedad o alguna discapacidad. Entró, ni siquiera rezó, solo entró a llevarse el celular y nos deja un daño grande”, dijo el presbítero.
Un fiel católico donó un celular prestado para continuar las transmisiones virtuales de las celebraciones litúrgicas y se esperaba hacer una colecta para reponer el teléfono hurtado.