En poder de la Fiscalía está una denuncia penal que una familia bumanguesa instauró en contra una empleada de servicio a quien acusan de haberles hurtado valiosas joyas, avaluadas en $22 millones, y un $1 millón en efectivo.
Estos hechos ocurrieron al interior de un apartamento en el conjunto Bosque de Pinos, en el barrio Los Pinos, en oriente de la ciudad, el pasado sábado 16 de diciembre.
De acuerdo con Shirley Mora, una de las víctimas, su familia decidió contratar por intermedio de una empresa a una empleada doméstica para que le hicieran aseo. Enviaron a una mujer de 34 años con quien con habían ido a la vivienda en un par de ocasiones previas.
“Hace poco nos mudamos y quisimos llamar a una agencia de servicios generales para que nos enviaran a una persona para hacer un aseo. Nos mandaron a una empleada y vino el 6 de diciembre, todo estuvo muy normal y bien. La idea no era volver a contratar a nadie más, pero mi madre se fracturó el brazo y nos tocó llamar a contratar a esa misma persona”, expresó la denunciante.
La empleada de servicios domésticos, según la denunciante, volvió a ir al apartamento los días 12 , 14 y 16 de diciembre.
“El 12 y el 14 no se dejó sola, siempre estaba yo o mi madre. El sábado 16 tuvo que ir a trabajar y mi mamá también salió, por lo que la empleada se quedó con mi hermanito que es una persona con síndrome de Down y no está atento de las cosas”, añadió Mora.
Según la víctima, hacia las 12:00 del mediodía del día de los hechos, su mamá llegó a la casa y al ver que el aseo había terminado le pagó a la empleada y ella se fue. Minutos después, se percató de la ausencia de las joyas y el dinero.
“Fue al closet e iba a sacar un bolso en el que tenía el dinero y cuando la abre no encuentra la plata, cosa que antes de salir lo tenía ahí. Eso la alertó y empezó a buscar qué más hacía falta y se dio cuenta que no estaban las joyas de ella, en mi cuarto tampoco estaban las mías”, precisó la afectada, de 24 años.
Ante el aparente hurto, la mujer empezó a llamar a la trabajadora doméstica, quien no respondió pese a las múltiples llamadas realizadas de diferentes números.
Desde entonces, de acuerdo con la familia afectada, la presunta responsable no les volvió a dar la cara y sólo obtuvieron una respuesta de ella a través de la agencia en la que la contrataron.
“A la agencia ella les dijo que no se había robado nada y que iba a dar la cara, pero pasó toda la semana y no vino. A la empresa tampoco les volvió a responder, lo único fue un mensaje que recibimos por whatsapp en donde ella nos decía que nos iba a demandar por calumnia y daño al buen nombre, luego nos bloqueó. Ella se refugia en que no tenemos grabaciones del momento en que se llevó las cosas, porque claramente no tenemos cámaras (…) Nadie más entró a la casa, sólo ella”, concluyó la joven de 24 años.
Q’hubo se comunicó al número la trabajadora para conocer su versión acerca de los hechos, pero la llamada fue atendida por una familiar quien argumentó que estaba trabajando y se le había olvidado el celular.
“Ella es familiar mía, pero yo no creo que sea verdad . Ella no es así, ha trabajado toda una vida en muchas casas de familia y nunca ha tenido problemas. Ellos deben que tener las pruebas de que fue ella o también les pueden colocar una demanda por calumnia y daños psicológicos”, dijo la persona que respondió el teléfono.