A la espera de justicia está Carlos Giraldo luego de que una perra criolla atacó en el rostro a su hija, de 4 años de edad, ocasionándole serias lesiones y daños que persisten hasta la fecha.
Los hechos ocurrieron el pasado 27 de julio en el barrio Girardot, en el occidente de Bucaramanga, y desde entonces, asegura el padre de familia, ninguna autoridad ha tomado cartas en el asunto.
“La niña estaba jugando en la sala de la casa, salió a la reja y en la vivienda de al lado tenían afuera a la perra. Mi hija se acercó para acariciarla, y en ese momento se le lanzó y la mordió en la cara”, relató el padre.
En un motocicleta la menor fue llevada a un centro médico en donde tuvo que ser sometida a una cirugía plástica, entre otros procedimientos en los que aún se encuentra.
“Ella sufrió una herida en toda la nariz y otra en el lado izquierdo de la cara, ahí debajo del ojo. Su carita no es igual”, agregó el progenitor, quien precisó que entabló una denuncia penal en contra de los propietarios del animal y la menor fue valorada por Medicina Legal.
Desde entonces, el animal aún continúa suelto en vía pública y sin ningún tipo de bolsa u otro elemento que garantice que esto no se volverá a repetir. Bienestar Animal de la Alcaldía de Bucaramanga aún no ha hecho presencia en el lugar, dicen los afectados.
“Le impusieron un ‘comparendo’ de Policía a los dueños y ya, pero nunca nadie ninguna autoridad vino a mirar la perra para ver qué van a hacer. Segundo, ellos deben responder por los daños físicos y psicológicos de la niña; ella ahora escucha un perro ladrar y sale corriendo”, concluyó el hombre.
