El pasado martes 24 de octubre, Crispín Ojeda Moreno caminaba hacia su casa ubicada en el barrio Villa Mercedes al norte de Bucaramanga, después de terminar una jornada de trabajo descargando mercancías y materiales que llegan en camiones a empresas ubicadas en el barrio Gaitán y Chapinero.
A las 9:30 de la noche regresaba a su vivienda y cuando cruzaba la calle 6 con carrera 15 una moto lo arrolló. El hombre de 50 años de edad quedó tendido sobre la carretera y una ambulancia se encargó de llevarlo a la clínica La Merced.
Según su hermano, Héctor Clemente Ojeda Moreno, el motociclista atendió el accidente y le entregó los papeles a los de la ambulancia para la atención médica, pero la falla del conductor fue que se movilizaba sin que las luces de la moto estuvieran encendidas.
“Nos dejaron ver un video en el que se ve que la moto descendía por la calle 6 a alta velocidad, sin luces y se llevó a mi hermano, ahí en la intersección de la 15. Además, queremos llamar la atención de las autoridades de Bucaramanga ya que ese lugar no cuenta con alumbrado público y se presta para accidentes y robos”, relató el hermano.
El peatón sufrió fuertes traumas y un severo golpe en la cabeza. Fue remitido de La Merced al Hospital Universitario de Santander, HUS, y permaneció 48 horas en una Unidad de Cuidados Intensivos donde el miércoles 25 de octubre falleció.
“Él vivía solo, pero los hijos y nosotros los hermanos estábamos pendientes de él. Mi hermano tenía muerte cerebral, nos dijo el médico”, señaló su familiar.
Tras su muerte, los familiares de Crispín Ojeda Moreno decidieron donar los órganos para dar esperanza de vida a otras personas. Su cuerpo fue llevado por la Dirección de Tránsito de Bucaramanga a Medicina Legal donde sus seres queridos esperan reclamarlo y realizar la velación en la Funeraria San Pedro.
