Bajo pronóstico reservado en la Fundación Cardiovascular de Colombia permanece la mujer de 37 años que el pasado martes 26 de septiembre resultó con quemaduras del más del 70 por ciento de su cuerpo tras una explosión en el centro de Bucaramanga.
Son 17 días que ya han pasado de la explosión de unas canecas en la carrera 17 con calle 41 que dejó el saldo de dos personas heridas. La emergencia ocurrió en la parte posterior de un restaurante del centro de Bucaramanga, en donde se almacenaban recipientes con alcohol isopropílico y derivados del petróleo, utilizados como insumos para una litografía aledaña.
La imagen que aún está presente entre la ciudadanía es la de Kathleen Mayerlli Aguilar de 37 años, una de las empleadas de la litografía que sale a la calle a pedir ayuda tras incendiarse su ropa por la combustión de los químicos.
En un video quedó registrado los angustiosos momentos en que la mujer salió a la calle con su ropa cubierta por llamas, pidiendo auxilio para que le apagaran el fuego que le estaba quemando la piel. Utilizando camisetas y extintores, la ciudadanía logró apagar las llamas.
“Eran químicos muy inflamables. Se utilizan en el proceso de litografía. Estaban almacenados de manera inadecuada, es un restaurante que no tiene permiso por bomberos para su almacenamiento”, dijo en ese momento el capitán Jorge Peña, comandante del Cuerpo de Bomberos de la capital santandereana.
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