Intacto, como desde el primer día, sigue estando el dolor en la familia Archila Grimaldos por la muerte del pequeño niño de cinco años, cuya vida les fue arrebatada en las fauces de una jauría de perros pitbull. Este hecho ocurrió en la finca Las Vegas del sector El Cable, barrio Café Madrid, en el norte de la ciudad.
Tres meses después de este hecho, que causó gran repudio y abrió el debate sobre la tenencia responsable de razas consideradas peligrosas, los familiares de la víctima consideran que ha reinado la impunidad. Nunca encontraron a los perros que cometieron la agresión y el dueño de estos animales no ha sido citado a comparecer ante la justicia.
“No se ha hecho absolutamente nada, no nos han dicho nada y al señor parece que lo van a descartar de culpas. Él no dio la cara a la justicia, solo su abogada y no, todo quedó quieto, como si hubiera pasado nada”, señaló Diana Archila, tía del menor.
Por más de que durante varios días después de ocurridos los hechos, la Alcaldía de Bucaramanga y la Policía buscaron por cielo y tierra de este sector rural a los pitbull, al final nunca encontraron algún rastro de estos caninos peligrosos que andaban siempre ningún bozal.
“A ellos les quedó grande coger esos perros, como quien dice. Se atuvieron a que el tipo al otro día entregaba los perros y se presentaba, pero eso nunca pasó. Como nunca encontraron los perros, entonces dicen que el señor no es culpable porque no se pudo comprobar que él era el dueño de los perros”, añadió la familiar.
La Fiscalía aún continúa visitando este sector en busca de evidencias para la investigación que aún sigue en pie. Esto no ha sido suficiente, los Archila Grimaldos claman es por justicia.
“El señor viene a la finca, baja. Nosotros tratamos de no ir por allá, pero si nos han dicho (…) Uno siente rabia, es injusto que eso quede así, pero qué más puede hacer uno”, añadió la familiar”.
Una millonaria multa
La única sanción que hasta ahora ha recibido el señalado dueño de estos feroces animales, fue la multa de $46’400.000 impuesta por la Alcaldía de Bucaramanga. Sin embargo, esto obedeció a que en la finca, tras la muerte de la víctima, se encontraron a otros ocho perros en malas condiciones.
Estos animales, según informó la Alcaldía en su momento, estaban en condiciones deplorables, desnutridos, deshidratados y con diversas patologías. No había agua, comida, registro de vacunas y atención veterinaria.
Se desconoce si esta persona ya pagó la millonaria sanción de carácter administrativo, más no judicial.
El feroz ataque
En horas del mediodía del pasado miércoles 17 de mayo, un niño de cinco años murió luego de ser atacado por una jauría de perros, en el sector El Cable del barrio Café, en el norte de la ciudad.
De acuerdo con los relatos de la familia, el niño de cinco años salió de la casa, acompañado por una tía que lo cuidaba mientras la mamá trabajaba. Iban a coger unos limones. Pero poco a poco el pequeño, inocente, se fue alejando un poco para jugar en el camino.
Justo en ese momento fue atrapado por cuatro perros pitbull, que lo atacaron ferozmente. Cuando una vecina quien pasaba por el lugar se percató de lo ocurrido y pidió ayuda, fue demasiado tarde, los caninos acabaron con la vida del niño.
