De nuevo los ladrones madrugaron a su ‘trabajo ilícito’. Este jueves, un hombre moreno y robusto llegó hasta un local de cosméticos para cometer un atraco en el barrio Quintadania, al oriente de Bucaramanga, pero fue ‘atendido’ por la comunidad que al notar lo que ocurría, reaccionó.
Sucedió hacia las 8:20 a. m. cuando Gisella, una jovencita, iniciaba sus labores en un negocio de cosméticos ubicado en la esquina de la calle 31 con carrera 33A. El delincuente ingresó al local haciéndose pasar como cliente, pero su verdadera intención era robarla.
De un momento a otro sacó un cuchillo sin cacha, traspasó las vitrinas y le gritaba a la víctima que entregara el celular. Ella, quien hace solo tres días ya había sido víctima de los ladrones, quienes le quitaron su celular y documentos, no estaba dispuesta a dejarse robar de nuevo.
Como pudo, con agilidad, escondió el celular entre las vitrinas. Ante la negativa de la víctima de entregar su teléfono móvil, el delincuente la tomó del pelo, la golpeó y la lanzó al piso, buscando despojarla de los elementos de valor.
Sin embargo, los gritos de la mujer alertaron a los comerciantes de la zona. Al notar esto, el ladrón emprendió la huida. Pero la fuga le duró poco, cuando intentaba subirse a la moto roja en la que llegó, con placas HBH-15F, fue detenido por una turba enfurecida de conductores y habitantes de la zona.
La algarabía se escuchaba desde lejos, en cuestión de segundos, hombres de la Policía de Vigilancia y Vecindario arribaron y capturaron al señalado ladrón antes de que fuera linchado por la comunidad que ya le había asestado unos cuantos golpes.
“Ese tipo estaba dando vueltas por el sector desde hace rato en una moto roja, cuando vio que la empleada quedo sola en el local ingresó y la atacó”, señaló un testigo.
La víctima, aún nerviosa, señaló al ladrón y dio su testimonio para que el hombre fuera llevado a la Fiscalía y posteriormente presentado ante un juez.
Habitantes de la zona piden a gritos más seguridad en el sector que en los últimos meses ha sido blanco de los dueños de lo ajeno. A solo media cuadra de allí, hace algunas semanas, hombres armados ingresaron a un local de comidas rápidas y robaron a clientes y al dueño del local quien, además, recibió una herida de bala al oponerse al hurto.
Días antes, a una cuadra, varios hombres armados ingresaron a un café bar y tras intimidar a a las personas con armas de fuego, les arrebataron su dinero y elementos de valor.
Además, muchas personas han sido víctimas en este barrio, de los llamados motoladrones quienes pasan a toda velocidad y en la modalidad de ‘raponazo’, le arrebatan los bolsos.