Empiezan a confirmarse las sospechas que existían entre familiares y amigos, sobre las causas de la muerte de Laury Yisel Guzmán Becerra, la joven de 21 años quien fue hallada sin vida en un apartamento del centro de Bucaramanga, el pasado 27 de junio.
Los abogados de la familia de Laury, Juan Daniel Iglesias y Robert Daniel Dulcey, le confirmaron a Q’hubo que Medicina Legal determinó que el deceso fue por asfixia mecánica, lo que indicaría que el principal sospechoso es su compañero sentimental Jonathan David Gómez Arrieta.
La hipótesis que manejan como representantes de las víctimas es que Jonathan habría sido la persona que le causó la muerte después de una discusión, de acuerdo con testimonios y algunos elementos que se hallaron en el apartamento 403, del edificio Delgado Ardila, ubicado en la carrera 18 con calle 33. Como dato adicional se conoció que a Laury le faltaba una de sus uñas.
“De manera circunstancial podemos decir que se habría presentado una pelea entre la pareja, quien era su novio la apretó del cuello hasta que ella perdió la vida. Esa es nuestra hipótesis, pero que debe ser analizada por los expertos forenses”, indicaron los abogados.
De Jonathan Gómez se desconoce su paradero desde el día que encontraron muerta a su pareja en el apartamento que él había alquilado. La última vez que lo vieron, precisamente, fue dos días antes cuando compartía con Laury en una discoteca en la carrera 16 con calle 34.
También cámaras de seguridad del edificio lo vieron ingresar con ella y después salir solo. No volvió al trabajo y fue cuando sus amigos lo fueron a buscar al apartamento hallaron el cadáver de la joven cesarense.
“No hallaron al novio, pero a ella sí. La femenina estaba sin vida, acostada sobre la cama y cubierta con una sábana”, aseguró una fuente judicial.
Su paradero es un misterio y se espera que con el dictamen de Medicina Legal se expida una orden de captura para esclarecer este hecho que se podría tipificar como un feminicidio.
La joven víctima nació en la Jagüa de Ibirico, en el departamento del Cesar. Después de su muerte, su cuerpo fue trasladado desde Medicina Legal de Bucaramanga hasta este municipio donde se cumplieron sus honras fúnebres.
Hollman Guzmán, el padre de Laury, pidió en nombre de la familia que se haga justicia.
“Por qué se fue. No entendemos por qué mató a mi hija. Solo esperamos que la justicia lo capture, que esto no quede impune”, pidió el padre.
Laury era profesional en salud ocupacional y hace un año se vino a vivir con una tía al norte de la ciudad buscando ejercer su carrera.
Sin embargo, no consiguió empleo como profesional, pero sí con su novio que era administrador de un almacén.
