En libertad, a la espera que la justicia avance en las audiencias del homicidio de Facundo Amado Amado, se encuentra Abel Gil Gutiérrez, el exguerrillero de las Farc que aceptó que disparó contra la humanidad de la víctima, pero según él, en defensa propia.
Abel se identificaba bajo el seudónimo de ‘Julián Guevara’, en el bloque Magdalena Medio. Nació en San Pablo, sur de Bolívar. Hace siete años se reincorporó a la sociedad civil y era firmante de ‘Los Acuerdos de Paz’.
Según la versión que le entregó a Q’hubo sobre los hechos, el pasado lunes festivo se levantó temprano con un primo a revisar unos cultivos que tiene en su vivienda que se encuentra ubicada en el asentamiento ‘La Gracia de Dios’, en el barrio Colorados al norte de Bucaramanga.
“Fuimos a revisar un cultivo de plátano en nuestros linderos porque pensaba sembrar frutos de guayaba-pera. Cuando me encuentro con la sorpresa que el vecino, Facundo Amado, me había dañado mis linderos, que eran una cerca viva con árboles”, manifestó.
De inmediato, Abel le hizo un primer reclamo a su vecino. Volvió a su casa, dice que se tomó un tinto y vio la pistola de uno de sus escoltas de la Unidad Nacional de Protección, que la había dejado en su vivienda. La cogió y se la enfundó en su cintura.
Luego fue a buscar al presidente de la Junta de Acción Comunal del asentamiento para que fuera testigo del reclamo que le iba a hacer a su vecino, con quien desde hace un año tenían inconvenientes por linderos.
“Me disgustó que me empezara a grabar con un celular, yo le dije que no lo hiciera. Facundo me insultó y en un momento de ira saqué la pistola, porque él tenía un machete y me estaba amenazando con herirme”.
El excombatiente apretó el gatillo, según el en defensa propia, y lo hirió a la altura de la clavícula, luego se retiró a su vivienda. El maestro de construcción de 59 años fue llevado al Hospital Local del Norte donde falleció.
Tras confirmarse la muerte de Facundo, Abel se entregó de manera voluntaria a la Policía y fue llevado a la Fiscalía donde dio su versión de los hechos. Por no ser una captura en flagrancia quedó en libertad, pero vinculado por el delito de homicidio.
Aseguró que está dispuesto a responder ante la justicia y pidió perdón por haber disparado contra su vecino.
“Yo no pensaba matarlo, lo hice por autoprotección. Me soltaron, estoy esperando que la ley me llame. Desde que salí de las Farc juré que no volvería a huir de la justicia colombiana. Y si me toca irme para una cárcel aceptaré lo que los jueces decidan”.
En un mes será llamado a presentarse une vez más ante la justicia para conocer que decisiones se tomarán en su caso. Por ahora expresó que teme por represalias contra su vida después de lo sucedido.