El dolor y la tristeza unieron a tres familias del sur de Bolívar y el sur del Cesar, después de que el vehículo en el que se movilizaban tres de sus seres queridos, cayera al río Magdalena en cercanías a la vereda Aura María, corregimiento de Bodega Central, en el municipio de Morales, departamento de Bolívar.
Las causas siguen siendo materia de investigación, pero la comunidad espera que las autoridades abran una investigación penal para esclarecer lo sucedido.
Lo que han relatado testigos es que la camioneta, de placas UYA-156 que estaba afiliada a Transportes Tamalameque, cayó al afluente y se sumergió de manera rápida ya que tenía los vidrios de las puertas abajo y esto permitió el ingreso del agua de manera rápida al automotor.
Un reporte preliminar indica que el ferry se habría desestabilizado y provocó que la camioneta también quedara sin control, cayera al río y se hundiera.
“El ferry es impulsado por un motor que se encuentra en pésimas condiciones. El bote además presenta problemas de inclinación”, señaló uno de los familiares.
Entre lo que han relatado lo seres queridos, que han llegado a reclamar los cuerpos en Medicina Legal de Bucaramanga, es que el conductor de la camioneta no bajó a los pasajeros, cerca de 9 personas.
Al tratar de salir del planchón se presentó la emergencia cayendo al Magdalena, a una profundidad de 10 metros.
Los que se salvaron iban en el platón cubierto con una carpa, en la parte trasera del carro.
Las tres víctimas mortales no alcanzaron a salir de la cabina y fallecieron por inmersión.
“Sin duda alguna el mayor responsable es el Ministerio de Transporte que permite y admite el funcionamiento de estas máquinas obsoletas entregando permisos a una serie de viejos ferris. La Armada debe hacer control en el río y no permitir la circulación de estas embarcaciones”, señaló un líder de la zona.
Las víctimas de
la tragedia
Dentro del vehículo se encontraba la docente Arelis Rodríguez Álvarez, de 58 años de edad. Su cuerpo fue encontrado en la tarde del lunes cuando extrajeron la camioneta. Se desplazaba desde la vereda Aura María hacia Aguachica para realizarse unos exámenes médicos por algunos problemas de salud en sus piernas.
La segunda víctima fue un joven de 21 años identificado como Deivis Márquez Ruiz, quien cursaba noveno semestre de ingeniería ambiental en la Universidad del Magdalena en Santa Marta y visitaba a su progenitora aprovechando el receso de la Semana Santa. Su cuerpo fue encontrado en la tarde del martes en el sector del corregimiento El Contento, en el sitio conocido como Palmarito.
Y un menor de 8 años de edad quien era sobrino de una docente de Aura María y viajaba hacia Aguachica. Su cadáver fue hallado a 10 minutos de la población de Gamarra. Estudiaba cuarto de primaria en el colegio Nuevo Alpes, en Arjona, donde residía con su mamá Lili Ojeda, en el barrio Soplaviento, una mujer que labora como fisioterapeuta a domicilio.
La mamá y el pequeño se fueron a pasar Semana Santa en casa de una hermana identificada como Estela Josefina Ojeda en Bodega Central.
Los dos llegaron el lunes 3 de abril y tenían pensado regresar el 10, porque el niño debía retornar las clases el martes 11 de abril. En Arjona hay consternación por la muerte del pequeño.
Los familiares llevaran los cuerpos desde Bucaramanga a los lugares de origen para brindarles la cristiana sepultura.