La muerte de un adolescente de 14 años no solo ha conmocionado a los habitantes del barrio San Gerardo, al sur de la ciudad, por la forma como falleció el menor al morder una extensión conectada a la corriente.
También podría catalogarse como un nuevo caso de la negligencia de algunas Entidades Prestadoras de Salud, EPS, en la atención a las personas de escasos recursos.
Para completar el drama de esta humilde familia bumanguesa, tuvieron que acudir a la caridad para poder brindarle la cristiana sepultura.
El hecho ocurrió en la noche cuando la madre encontró a su hijo tirado en el piso de su habitación y con los dientes mordiendo un cable de una extensión que estaba conectada a la corriente.
La angustiada mujer se acercó al cuerpo de su hijo, pero al tocarlo no reaccionó. De inmediato con un tío lo llevaron en un taxi a la Policlínica que queda cerca al lugar de la residencia.
“Lo vimos sin movimiento, la verdad no escuchamos ni vimos el momento de la descarga. Era un muchacho autista y fue trágica su muerte sin que pudiéramos hacer algo para salvarlo”, señaló el tío.
En el centro asistencial se confirmó que fue una muerte accidental por descarga eléctrica al morder el cable.
“El personal médico reportó que ingresó sin signos vitales. Se llamó a la Sijin para realizar el levantamiento del cadáver y trasladarlo a Medicina Legal”, informó una fuente de la Policlínica.
No tenía medicamento
La mamá del menor además le aseguró a la Policía que su hijo era autista y que el padre no pudo seguir pagando la afiliación a salud. Por ellos, durante los últimos tres meses no se le suministraron los costosos medicamentos por falta de recursos económicos.
“La noche del accidente presentó una grave crisis, gritaba y se autolesionaba. Se propinaba golpes y fuertes mordeduras en su propio cuerpo, después se encerró en el cuarto y ocurrió la tragedia”, fue el relato de la madre a las autoridades.
Pero el drama se aumentó después de su deceso, ya que sus padres tampoco contaban con los recursos para el sepelio. Tres hijos más tiene la pareja.
Acudieron a la caridad y reunieron para pagar una parte de los gastos funerarios.
“Conocidos iniciamos en redes sociales varias campañas para reunir para los gastos”. Sabemos que aún le deben un dinero a la funeraria”, señaló un vecino.