El informe del IPCC ha responsabilizado a los seres humanos de que el cambio climático esté afectando a todas las regiones habitadas del mundo y provocando que los fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor, fuertes precipitaciones, sequías y ciclones tropicales, se vuelvan más frecuentes.
«No vamos a permitir que este informe se archive ante la pasividad de los Gobiernos: al contrario, lo llevaremos a los tribunales para exigir justicia climática», ha sentenciado la asesora política de Clima y Energía en Greenpeace Internacional, Kaisa Kosonen, quien ha asegurado que el IPCC ha proporcionado más pruebas «para responsabilizar directamente a la industria de los combustibles fósiles y a los Gobiernos por la emergencia climática».
Para Greenpeace, que ha incidido en la necesidad de «actuar» ante el «momento decisivo» para la humanidad, los eventos climáticos extremos agravados por las emisiones de CO2 «son más virulentos que nunca, pero, al mismo tiempo, se están logrando grandes avances con soluciones como la energía solar y la eólica, que ya son la forma más barata de producir nueva energía en la mayor parte del mundo; la movilidad sin petróleo o la disminución del apoyo financiero para el carbón». «Un mundo libre de combustibles fósiles está cada vez más cerca», dice Kosonen.
En cuanto a la situación en España, la ONG señala que el Gobierno de Pedro Sánchez y toda la clase política «deberían estar trabajando las 24 horas del día para asegurarse de que la cumbre de Glasgow es un punto de inflexión en los esfuerzos de la humanidad para detener el cambio climático catastrófico», por lo que ha exigido «políticas mucho más ambiciosas y abandonar las que son perniciosas o tramposas para reducir las emisiones de carbono lo más rápido posible, eliminar lo más rápidamente los combustibles fósiles, transformar nuestro sistema alimentario y financiar a los países más afectados por la crisis climática».
APENAS 9 AÑOS PARA INTENTAR EVITAR SITUACIONES DE NO RETORNO
Desde SEO/BirdLife también han insistido en la «necesidad de actuar». «No cabe duda de que hay que trabajar con absoluta celeridad, pero activar la acción climática y actuar rápido ya no basta. La ciencia nos ha dicho claramente que tenemos apenas nueve años para intentar evitar situaciones de no retorno», ha apuntado la directora ejecutiva de la organización, Asunción Ruiz.
«Este informe debe ser fuente de lectura, reflexión y debate obligado para cualquier responsable político o empresarial, en gobiernos o consejos de administración, en parlamentos o en juntas de accionistas. Para que reaccionen de forma coherente con la ciencia sin más dilaciones. El lema ‘Ni un grado más, ni una especie menos’ es más necesario que nunca», añade Ruiz.
En la misma línea, WWF ha alertado del «aterrador futuro» que espera si no se actúa, por lo que ha apostado por tomar medidas urgentes a nivel mundial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y restaurar y proteger la naturaleza.
«El informe confirma lo mucho que hemos cambiado el planeta y la certeza de que las cosas seguirán empeorando a menos que cambiemos inmediatamente de rumbo», ha explicado el director de conservación de WWF España, Enrique Segovia, destacando que el informe del IPCC es un «hito importante» en el camino hacia la COP26 porque analiza la magnitud de la crisis climática y el papel de la humanidad en el impulso de los fenómenos meteorológicos extremos.
Por ello, Segovia ha puntualizado que los líderes mundiales deben aprovechar todas las oportunidades, especialmente la próxima Cumbre del G20 y la COP26, «para emprender una acción climática que responda a la ambición necesaria para garantizar que el objetivo del 1,5°C del Acuerdo de París no quede fuera de su alcance».
«Será crucial que los líderes lleguen a un acuerdo sobre una vía para la cooperación internacional y su implementación, que sea justa y equitativa para los países en desarrollo. No podemos permitirnos que el futuro de miles de millones de personas se vea secuestrado por un obstinado interés personal. Los líderes deben prestar atención a la ciencia porque se nos está acabando el tiempo», concluye Segovia.
UN MUNDO QUE «EN PARTE SE QUEMA, SE AHOGA Y SE MUERE DE HAMBRE
«Por su parte, la líder de política climática de Oxfam Intermón, Nafkote Dabi, ha destacado la «imperiosa llamada de atención» que hace el informe del IPCC para que la industria mundial cambie del petróleo, gas y carbón a las energías renovables», ante un mundo que «en parte se quema, en parte se ahoga y en parte se muere de hambre».
En su opinión, los gobiernos «deben usar la ley para imponer este cambio con urgencia»: «La ciudadanía debe utilizar su propio poder político y sus comportamientos para impulsar a las grandes corporaciones y gobiernos contaminantes en la dirección correcta. No existe un Plan B».
Oxfam Intermón ha advertido de que este informe es una prueba «aún más irrefutable» de que el cambio climático está ocurriendo ahora, y de que el calentamiento global «ya es uno de los impulsores más dañinos del empeoramiento del hambre, la migración, la pobreza y la desigualdad en todo el mundo».
Tras la publicación del informe del IPCC, Ecologistas en Acción ha lamentado que la pérdida de especies, las sequías, los fenómenos meteorológicos extremos y otra «larga lista» de impactos climáticos «están sucediendo antes de lo que se había previsto».
A su juicio, el agravamiento de las tendencias vistas anteriormente y las graves consecuencias de la inacción climática «son una señal de alarma de un futuro que pone en grave peligro a la humanidad y especialmente a las personas más vulnerables».
Para Ecologistas en Acción, «la sordera de los gobiernos a las reducciones marcadas por la ciencia es una actitud injustificable que condena durante siglos la vida en el planeta».
La organización ha advertido de que el informe del IPCC es una nueva llamada a reaccionar porque «ya está empezando a ser demasiado tarde», lo que refuerza su compromiso a seguir «en las calles, en los despachos y en los tribunales junto a todas las organizaciones, colectivos y personas que siguen en pie por un futuro frente a la emergencia climática».