En un desgarrador acto de violencia, al menos 45 mujeres fueron secuestradas por el grupo yihadista Estado Islámico en la Provincia de África Occidental -ISWAP en el noreste de Nigeria.
Según relatos de testigos, las mujeres, provenientes de un campamento de desplazados internos en Ngala, fueron interceptadas y acorraladas por los terroristas del ISWAP en el monte, siendo la mayoría de ellas llevadas por la fuerza. Muhammad Goni, líder de las Fuerzas de Trabajo Conjuntas Civiles -CJTF, informó a EFE que de las 60 mujeres detenidas, al menos 45 fueron secuestradas.
Las CJTF, grupos armados de autodefensa civil, se han unido a las fuerzas nigerianas para rescatar a las mujeres secuestradas y tratar con los perpetradores. Sin embargo, el alcance y la gravedad de la situación plantean un desafío formidable.
Las autoridades militares han confirmado el secuestro, pero el número exacto de mujeres tomadas como rehenes aún no ha sido precisado. A pesar de los esfuerzos por obtener más información, las respuestas han sido escasas.
El aumento de la violencia desde la escisión de Boko Haram en 2016 ha exacerbado una crisis humanitaria en la región. Se estima que más de 35,000 personas han perdido la vida y cerca de 2.7 millones han sido desplazadas internamente, según datos gubernamentales y de las Naciones Unidas.
Este reciente ataque subraya la urgente necesidad de una respuesta coordinada y robusta por parte de las autoridades nigerianas y la comunidad internacional para abordar la amenaza del terrorismo en la región y proteger a los civiles inocentes atrapados en medio del conflicto.
