Este martes, las Fuerzas de Defensa de Israel guiaron a la prensa extranjera al kibutz Kfar Aza, una de las zonas más afectadas por el ataque terrorista perpetrado por los militantes de Hamas en territorio israelí, lanzado desde la Franja de Gaza el sábado pasado.
En el suelo del kibutz se encuentran los cuerpos de residentes israelíes y los atacantes abatidos, en medio de casas quemadas, objetos dispersos y vehículos incendiados, mientras los soldados israelíes recorren las viviendas para retirar los cadáveres.
«Ves a los bebés -muchos decapitados-, a las madres, a los padres, en sus dormitorios, en salas donde trataron de ponerse a resguardo y cómo los terroristas los mataron. No es una guerra, no es un campo de batalla. Es una masacre», contó un general israelí en medio de la escena.
La imagen más estremecedora que se ha destacado en las crónicas de los reporteros que han llegado a Kfar Aza es la de los bebés, algunos de los cuales han sido decapitados.
«Los bárbaros de Hamas masacraron a 40 bebés durante los ataques del 7 de octubre. Israel honrará a cada una de las víctimas de estos atroces ataques terroristas islamistas. No nos detendremos ante nada para hacer que estos terroristas paguen un alto precio», tuiteaba la Embajada de Israel en Francia en la red social X, anteriormente Twitter.
Danny Danon, ex embajador de Israel ante la ONU, contó que entre los infiltrados no solo había militantes de Hamás, sino también otras personas de Gaza que ingresaron a Israel y cometieron diversas atrocidades.
