Los días en la Tierra están experimentando una tendencia inusual: se están volviendo más cortos. El 29 de junio de 2023 marcó un hito alarmante, al convertirse en el día más corto registrado desde que se comenzaron a llevar registros en 1973. La duración de los días en nuestro planeta está vinculada al tiempo que tarda en completarse un giro completo sobre su propio eje. Esta rotación es meticulosamente monitoreada por el Servicio Internacional de Rotación de la Tierra y Sistemas de Referencia (IERS).
Históricamente, los científicos han notado que los días en la Tierra generalmente duraban un poco más de 24 horas, lo que requería la adición ocasional de un segundo a la hora internacional para mantener una sincronización precisa. Sin embargo, desde el año 2020, la Tierra ha experimentado una aceleración en su rotación, lo que resultó en los 28 días más cortos registrados en décadas.
El día más breve concluyó 1.47 milisegundos antes de los 86,400 segundos que componen un día estándar. En julio de 2022, se estableció un nuevo récord cuando un día duró 1.59 milisegundos menos de lo normal.
La velocidad de rotación de la Tierra es altamente variable debido a una serie de factores, como los movimientos en el núcleo terrestre, las placas tectónicas, los océanos y la atmósfera. Fenómenos como terremotos y tsunamis pueden modificar la masa en movimiento, lo que a su vez afecta la rotación de la Tierra. Un ejemplo de esto es el terremoto en el océano Índico en 2004, que redujo la duración del día en tres microsegundos.
Y una de las razones de esta duración más corta de los días fue revelada recientemente: se ha observado un desplazamiento del eje de rotación terrestre, principalmente debido a la extracción masiva de agua subterránea entre 1993 y 2010, lo que resultó en un movimiento de aproximadamente 80 centímetros hacia el este. Este fenómeno, relacionado con el aumento del nivel del mar, ha llevado a una redistribución de la masa terrestre y se ha detectado principalmente en América del Norte y el noroeste de la India. Hay preocupación en la comunidad científica.
La preocupación radica en que estos cambios en la duración del día pueden tener consecuencias significativas para la tecnología moderna, incluyendo sistemas de navegación por satélite, computadoras, teléfonos inteligentes y redes de comunicación que dependen de mediciones de tiempo altamente precisas.
Es fundamental comprender que la duración del día en la Tierra puede fluctuar debido a diversos factores, y estos cambios pueden ocurrir en escalas de tiempo que van desde millones de años hasta instantes casi imperceptibles, como los ciclos de mareas quincenales y mensuales que pueden alterar la duración del día en milisegundos.