Cruzar las fronteras para lograr llegar a Estados Unidos y alcanzar el anhelado ‘sueño americano’ se ha convertido en la latente amenaza para los migrantes que diariamente inician la travesía para abandonar sus países y poder llegar a otro Estado en búsqueda de mejores condiciones económicas y sociales.
En la mañana de este martes, 28 de marzo, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, en México, confirmó que 40 personas murieron en un refugio de migrantes en Ciudad de Juárez. En medio de esa catástrofe también murió un colombiano que, en un intento fallido, quiso llegar hasta Estados Unidos.
En esta región de México se vive un flujo migratorio récord, con 2,76 millones de indocumentados detenidos en la frontera de Estados Unidos con México en el año fiscal 2022 y, de acuerdo con datos de la Organización Internacional para las Migraciones, OIM, el flujo migratorio aumentó un 8% en territorio mexicano.
En 2022, el Departamento de Seguridad de Estados Unidos estimó que diariamente entre 9.000 y 14.000 personas cruzan de forma ilegal la frontera para llegar a ese país sin importar las condiciones físicas o climáticas a las que tengan que someterse.
Camiones de la muerte
Cruzar la frontera entre México y Estados Unidos es el reto diario de miles de personas que se embarcan en esta ‘aventura’ en búsqueda del ‘sueño americano’.
Sin embargo, muchas veces las consecuencias no son tenidas en cuenta por los migrantes. En junio de 2022 el mundo se conmocionó cuando en Texas encontraron un camión con 67 personas que viajaron de forma hacinada y sin ventilación.
El macabro hallazgo reveló que al menos 57 personas murieron por las altas temperaturas con las que estaban dentro de dicho camión.
El reporte de las autoridades reveló que siete de los fallecidos eran mexicanos, 14 hondureños, siete guatemaltecos y dos de El Salvador. La cifra agudizó más el debate sobre el porqué los centroamericanos buscan con mayor insistencia llegar a Estados Unidos en búsqueda de mejores condiciones laborales y sociales.
En México, por ejemplo, existe la conocida ‘Bestia’ o el ‘Tren de la Muerte’. Se trata de trenes de carga en los cuales decenas de personas de diferentes partes de América Latina viajan de forma ilegal, indocumentada y bajo pésimas condiciones con el fin de poder llegar a Estados Unidos.
Este tren viaja desde la frontera Sur de México y los puntos principales de encuentro son Tenosique, Tabasco y Ciudad Hidalgo, en el estado de Chiapas.
En la parte superior de ‘Las Bestias’ los migrantes se subían para viajar con las condiciones del clima, a rayo del sol y sorteando la lluvia de vez en cuando.
Sin embargo, la muerte también iba ‘abordo’. El largo trayecto desde la frontera de México hasta Estados Unidos generaba que decenas de personas cayeran sobre los rieles del tren y que, incluso no fueran recogidos para la cristiana sepultura.
El Tapón del Darién, el cruce mortal
Mientras que muchos eligen la frontera con México para llegar a Estados Unidos, otros llegan a Colombia para iniciar una travesía jamás pensada con la cual intentan llegar a Panamá para luego pisar suelo americano.
Este es el Tapón del Darién, unas 575.000 hectáreas de selva densa entre Colombia y Panamá que diariamente es utilizada por migrantes de Haití, Ecuador, Cuba, Senegal y otros países africanos para llegar a Estados Unidos.
Según cifras internacionales y que llamaron la atención, en tan solo nueve meses de 2022 cerca de 7.000 ecuatorianos cruzaron esta frontera para poder lograr el ‘sueño americano’, pese a que tuvieron que sortear la selva húmeda y los animales que habitan en estas cientos de hectáreas.
Entre tanto, la cifra puede ser más escandalosa cuando se generaliza. En todo 2022 ONG internacionales informaron que esta peligrosa selva, que está en el departamento de Antioquia, en Colombia la atravesaron 248.000 personas, de las cuales 14.500 fueron niños.
Pero las condiciones de este cruce mortal son aún más peligrosas. Según la Cruz Roja de Panamá, entre el 10 y el 15% de las personas que atraviesan esta selva son sometidos a violencia sexual.
Las cifras de personas desaparecidas y muertas en el Tapón del Darién es imprecisa. Muchos entran, pero pocos son capaces de salir.