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De trabajar en obras a la cima del Crans-Montana en el Giro de Italia

En 1973 Martín Emilio ‘Cochise’ Rodríguez realizó una de sus mayores gestas en el deporte de las bielas y los pedales. En el Forte dei Marmi el ciclista logró la primera victoria de etapa de un colombiano en el Giro de Italia. Cincuenta años después y tras 32 victorias previas, el sueño perduró y se […]

En 1973 Martín Emilio ‘Cochise’ Rodríguez realizó una de sus mayores gestas en el deporte de las bielas y los pedales. En el Forte dei Marmi el ciclista logró la primera victoria de etapa de un colombiano en el Giro de Italia.

Cincuenta años después y tras 32 victorias previas, el sueño perduró y se convirtió en realidad para el niño de la tierra de las Lagunas de Iguaque, quien se consagró en Crans-Montana tras ganar la etapa 13 de la edición 106 de la ‘Carrera Rosa’.

La vida de Einer Rubio ha estado llena de pruebas, esas que un campeón con la suficiente inteligencia sabe sortear. El ciclista nació en Chíquiza, Boyacá, lugar del cual, su familia se vio obligada a emigrar a causa de una sequía que afectó los cultivos con los que se mantenían; su destino fue la capital del país, Bogotá, en donde el deportista terminó sus estudios y tras trabajar en la construcción pudo comprarse una bicicleta para entrenar en carretera.

Y es que así como las situaciones que el corredor ha enfrentado, la travesía que tuvo que atravesar para lograr su tan anhelada victoria en uno de los trayectos de la primera Gran Vuelta ciclística, no fue para nada fácil, el boyacense preparó su temporada con este fin; midió cada gramo de su comida y controló todos los detalles que estuvieron a su alcance y que por momentos parecieron insuficientes ante un catastrófico clima que ha estado acompañando al evento y que obligó a los organizadores a recortar el recorrido previsto para el pasado viernes.

“Mi gran día. Lo venía buscando. He trabajado mucho para preparar este Giro. El otro día tuve inconvenientes con el clima; la lluvia ha sido muy dura para mí, pero sabía que no tenía que darme por vencido, tenía que seguir, buscar mi oportunidad, y hoy la he tenido. Gracias a Dios; a las personas que siempre me ayudan”, mencionó el corredor del Movistar Team.

Tras el comienzo de la competencia, el colombiano prendió motores en una fuga conformada por cinco corredores, pero solo fueron tres los que lograron llegar a los últimos metros. El francés Thibaut Pinot, del Groupama, y el ecuatoriano Jefferson Cepeda, del EF Procycling Team, iniciaron una disputa en la que Rubio solo fue, según la organización del Giro, “un privilegiado observador”.

A tan solo 200 metros de la meta, Rubio aceleró, no reservó fuerza alguna en sus pedalazos, que le dieron la suficiente velocidad para rebasar a sus compañeros de fuga y llevarse el gran objetivo del día.

“Seguro que en un rato seré consciente de lo que he conseguido; ahora venía a tope y solo con el pensamiento de tratar de ganar. Lo he conseguido, y voy a disfrutar mucho esta victoria”, señaló el corredor, quien este año se adjudicó la tercera etapa del Tour de Emiratos Árabes Unidos y el segundo puesto en la general de la Vuelta a Asturias.

Con una gran sonrisa, una mano señalando al cielo y la otra a su corazón, Rubio cruzó la meta en la cima de una montaña que por momentos pareció inalcanzable pero que ratificó un viejo dicho: “El que persevera alcanza”.

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